Otro drama del Barça en Da Luz

Derrota 3-0 ante el Benfica que deja a Koeman en la cuerda floja y al equipo al borde del desastre europeo, con cero goles y cero puntos

Batacazo monumental del Barça, bailado por el Benfica entre olés de los aficionados lusos en un estadio Da Luz donde el equipo culé encadena debacles. Poco más de 400 días después del 2-8 ante el Bayern, 3-0 encajado contra el equipo portugués, el segundo en esta Champions League tras el 0-3 ante el propio Bayern. Cero puntos y cero goles. Ronald Koeman se tambalea en la cuerda floja. Los dos próximos partidos europeos ante el Dinamo de Kiev los días 20 de octubre, en el Camp Nou, y 2 de noviembre, en Ucrania, serán dos finales.

Ronald Koeman, quizás prevenido por el buen momento de un Benfica que ha comenzado la Primeira Liga con siete victorias seguidas, fue algo conservador de inicio pese a cerrar el Grupo E con cero puntos. Dejó en el banquillo a Gavi y Nico, que protagonizaron una gran actuación ante el Levante, aunque se puede entender que no quiera dar tanta responsabilidad en un partido de máxima exigencia europea a dos jóvenes de 17 y 19 años, respectivamente. Al fin y al cabo sus suplencias se debieron a los regresos de Frenkie de Jong y Pedri, otro de 18 años, tras sanción y lesión. Creó más debate de inicio que volviera a recurrir al 3-5-2 una vez que el 4-3-3 había devuelto la ilusión ante el Levante. Por Mingueza entró Sergi Roberto, cosas de gustos, pero por Coutinho lo hizo Araujo, suplente el domingo. Un central para poblar la retaguardia en lugar de un jugador con talento, aunque todavía en horas bajas. Y Ansu Fati, en fase dosificación después de 10 meses de baja, comenzó de suplente.

Jorge Jesús, en cambio, animado por esa inercia ganadora, no dejó lugar a las sorpresas y arrancó con el once que el sábado venció 1-3 al Vitoria en Guimaraes, un 3-4-3 habitual con más jugadores de ataque que en el Barça: el uruguayo Darwin Núñez, el ucraniano Roman Yaremchuk, el veloz portugués Rafa Silva, el creativo Joao Mario… La batalla táctica estaba clara. El valiente era el portugués y el prudente, el holandés.

El partido no pudo comenzar peor. Pérdida de Pedri, balón de Weigl a la espalda de Sergi Roberto, pésimo fuera de juego buscado por Piqué, tibia oposición de Eric Garcia a la incursión de Darwin Núñez y nula protección del palo corto de Ter Stegen. Error colectivo, culpas repartidas y 1-0 del ex delantero del Almería en el minuto 3. Para echarse a temblar. Y en el 5 pudo llegar el segundo, pero en la cadena de fallos esta vez no participó Ter Stegen que atrapó el zurdazo cruzado del exazulgrana Grimaldo.

El Barça no entró en el partido hasta el minuto 10, cuando Luuk de Jong no fue un ‘killer’ tras asistencia de Frenkie. A portería vacía, le faltó contundencia y Lucas Verissimo salvó un gol que ya entraba. Pedri, que había comenzado la jugada, también envió fuera el rechace. Y poco después fue Frenkie de Jong quien no atinó en el primer palo tras servicio de Sergi Roberto.

Piqué, que parecía estar jugando todavía el 2-8 ante el Bayern de hace 410 días en el mismo escenario de Da Luz, se cargó pronto con una amarilla por llegar tardísimo a un balón dividido. Y Pedri, como contraste de rebeldía, lo probó desde lejos con un disparo raso que se le fue por poco. No es que el Barça supiera qué hacer con el balón, pero poco a poco iba llegando a la portería local. Memphis disparó cruzado, Frenkie estrelló un córner ensayado en un zaguero y Luuk volvió a perdonar tras dejada de Frenkie. Y Vlachodimos fue valiente en las salidas tras centros laterales peligrosos. Pero Piqué estuvo a punto de estropear la aparente reacción con una entrada a Darwin que olía a segunda amarilla y que le perdonó el italiano Orsato, a quien el propio Darwin reclamó un penalti por empujón de Araujo. Da Luz se indignó.

Cómo debió ver Koeman a Piqué que cambió al central por Gavi en el 32′, aunque no modificó el 3-5-2 porque retrasó la posición de Frenkie de Jong. No acertó el técnico (sí en lo de prescindir de Piqué, no en lo otro) porque el centrocampista estaba entrando con peligro en el área con desmarques en ruptura. Conclusión, la nada hasta que Memphis pidió un penalti que lo pareció en el tiempo añadido de la primera parte por zancadilla del recién entrado Gilberto. Ni Orsato ni el VAR se enteraron.

Varias acciones seguidas revelaron que el Barça tampoco comenzaba bien la segunda parte. Pérdidas peligrosas de Busquets y Eric, una presión alta de los de Koeman con los cinco atrás y el equipo roto, pases largos de Ter Stegen a nadie y, el no va más, otra aparición de Darwin rompiendo el fuera de juego con el portero alemán saliendo del área descontrolado y el uruguayo estrellando el balón en el poste desde muy lejos en el 52′. Y a diferencia de la primera parte, la segunda transcurría sin llegadas del Barça. Sólo Ansu Fati podía arreglarlo. Y Koeman lo sacó en el 67′ junto a Coutinho y Nico, justo después de que Grimaldo salvara un gol de Sergi Roberto en el segundo palo.

Pero ni eso le salió bien a Koeman. Todavía no habían tocado ningún balón los tres hombres de refresco y el 2-0 ya estaba en el marcador. Joao Mario entró como quiso, Ter Stegen salvó el gol como pudo, pero Rafa Silva fue el más vivo en el rechace en el 69′. Y ya sin poder de reacción, todo fue a peor. Manos claras de Dest en el área, el VAR avisa al despistado Orsato y Darwin Núñez engaña de penalti a Ter Stegen. 3-0 en el 79′. Y a rezar, no para remontar, sino para que el drama no fuese peor. Afortunadamente, pasó lo segundo.

/MundoDeportivo