El chileno brilla en el fútbol español. Tiene al Betis encumbrado entre los mejores equipos de la temporada e ilusiona a sus hinchas con llegar a la Champions League. El argentino, en cambio, sufre un indecoroso 7-0 con el Leeds, a manos del Manchester City. Aún así, el rosarino es frecuentemente recordado y notoriamente más querido que el Ingeniero. Las explicaciones son variadas y profundas.
Manuel Pellegrini brilla en el fútbol europeo. Una vez más, el Ingeniero da muestras de su capacidad. Tiene al Betis en la tercera posición de la tabla, un lugar meritorio considerando las diferencias económicas con los equipos más grandes de LaLiga, aunque para sus fanáticos lo más importante es que ha logrado transmitirle un estilo a su escuadra, que pelea de igual a igual con los más linajudos rivales, incluso en Europa. Marcelo Bielsa, en cambio, vive uno de los momentos más indecorosos de su también exitosa trayectoria. El Manchester City acaba de vapulear a su escuadra, el Leeds United, endosándole al Loco la peor derrota de su carrera como entrenador: un 7-0 que ahorra comentarios. Sin embargo, aún así, los hinchas chilenos parecen más dispuestos a esperar la resurrección del ex técnico de la Roja para volver a relucir su admiración que a echar mano a los éxitos más recientes del ex zaguero de la U para reconocerlo como un entrenador trascendente en la historia del fútbol chileno.
Los bielsistas, el colectivo incondicional y, a veces, irracional detrás del transandino, se atrincheran, lo defienden en su espacio favorito, las redes sociales, y, con seguridad, le perdonarán esta caída. Los ‘pellegrinistas’ nunca se han constituido como tales, pero los pocos que se dejan ver suelen ser más moderados, menos apasionados, seguramente, por influencia de su gurú. Aún así, ¿qué explica la valoración tan favorable al transandino y la apatía hacia el Ingeniero? Hay distintos ángulos para analizar el fenómeno, que van desde la mera percepción hasta el conocimiento profundo de ambos estilos.
Pedro Morales fue dirigido por ambos. A Bielsa lo tuvo como técnico en la Roja. A Pellegrini, en el Málaga, otro equipo de los que no suelen ser animadores en España a los que encumbró entre los más destacados. Al ex mediocampista le cuesta definirse y no por una cuestión sentimental. Igualmente, se anima a deslizar su teoría. “El medio habla más de Bielsa o menos de Pellegrini”, postula. Después, con el conocimiento que implica haber trabajado al alero de ambos, equipara méritos, pero distingue la diferencia para llegar a conseguirlos. “Por las formas de trabajar, de carácter, no son comparables. Sí, quizás, por los resultados. Bielsa sacó a un equipo de la segunda de Inglaterra e hizo una tremenda campaña. El Betis no estaba muy bien y, en una temporada, fichando bien y con lo que tenía, se destacó. Los dos tienen sus formas, distintas. Los valoro de la misma manera. El tema es que la gente lo ve de distinta forma, porque a Bielsa lo tuvo más cercano. Seguramente, llegará un momento en que el profe Pellegrini llegará a dirigir a la Selección y lo conocerán más. Él ha hecho toda su carrera afuera”, sentencia.
El diagnóstico del exmediocampista de Universidad de Chile y Colo Colo coincide con una mirada más científica. “Bielsa es un héroe del pueblo y a Pellegrini se le ve más lejano, incluso ligado a la AFP. Pellegrini ganó la Premier. Bielsa sale décimo y, sin embargo, lo valoran más. Hay un sesgo. Ponerse del lado de la elite genera distancia. Pellegrini, en Argentina, ganó la primera copa internacional con San Lorenzo y, luego, en River, hace mucho. Su carrera es muy productiva. En el Real Madrid hizo una campaña notable, aunque no fue campeón, pero le recuerdan el Alcorconazo. En Chile no siempre valoramos a lo nacional. Muchos, en el deporte y en el arte, tienen que salir al extranjero para ser valorados. Somos más bien chaqueteros. Y a Pellegrini se le asocia a la elite. Es rubio, de ojos azules. Bielsa, en cambio, es el héroe del pueblo, el que le hizo la desconocida a Piñera. Con Pellegrini cuesta identificarse”, teoriza Andrés Parra, sociólogo de la Universidad Central y fanático del fútbol y de Audax Italiano.
“Tiene que ver con la división con la división de clases. El fútbol tiene mucho que ver con el héroe del pueblo. Como Maradona o Zamorano. O, actualizando el ejemplo, con Alexis Sánchez o Arturo Vidal. Si Sebastián Rozental no se hubiese lesionado y hubiera realizado la misma carrera que ellos, el reconocimiento habría sido distinto. El que no es del pueblo parece más una imposición. Pellegrini no es el héroe que necesita el mundo del fútbol. No es Míster Pipa. A Riera le pasó lo mismo”, amplía.
Morales atribuye la diferencia, también, a un problema de percepción. O, derechamente, de desconocimiento. “La gente tiene una imagen distante de Pellegrini, pero, sin dudas, se puede conversar más con el profe Manuel que con Bielsa. Yo me adapté bien al Málaga y también a la Selección, pero son distintos. Uno se adecua a convivir con técnicos así. En el caso de Bielsa, por ejemplo, la relación era con Bonini. En el caso de Pellgrini se podía hablar más. Esa impronta que se le ve, tan imponente y lejana, no es tan así. Con Manuel podías hablar. Y si le invitabas a tomar un café en la playa, quizás lo aceptaba. Bielsa, no”, grafica.
Roberto Reynero, ex compañero y pupilo de Pellegrini en Universidad de Chile, resalta la flexibilidad de Pellegrini en el manejo de las relaciones humanas, una visión que coincide con la de Morales. “Manuel es un conductor de grupo extraordinario y luego pudo implementarlo. Al Betis clasificó para Europa League y ahora lo tiene peleando por ir a la Champions. No hay que desmerecerlo. A Bielsa lo valoro, pero Pellegrini incluyó en su carrera la actualización de sus conocimientos y eso, en su momento, en la U, le costó caro, porque estuvo afuera por lo menos cuatro meses, pero le terminó dando la razón. Se fue a Inglaterra, a Italia y a Francia. Después, gestionó hasta final de año, le puso el pecho el pecho a las balas. Hoy, es el mejor técnico del fútbol chileno. Para mí, de la historia. Al menos, de lo que conozco. Si analizamos los equipos que ha dirigido, con el Málaga, el Villarreal, el Betis, ha conseguido logros importantes. Y con el City fue campeón. Él tenía sus ideas claras. Para mí es un orgullo haber sido su compañero y su dirigido”, dice. Luego, revela una muestra de la confianza que el Ingeniero depositaba en los suyos. “En los asados, que aprovechábamos para analizar el partido anterior, como yo era el capitán, me decía ‘Roberto, síganla, pero con calidad. Y mañana, a las nueve y media, en el entrenamiento’. Y ahí nos sacaba la cresta”.
Sin embargo, desde los resultados, la experiencia terminó siendo traumática. “El descenso de la U lo marcó, como a todos los que estuvimos en ese plantel. Nosotros somos los malos de la película en la historia de la U, y a Manuel lo meten ahí, pero no sabían la realidad de lo que vivíamos. No nos pagaban nunca, nos cortaban la luz y el agua. No teníamos las condiciones necesarias para trabajar. Yo me pude haber ido a Cobreloa, pero me quedé, por el amor que le tengo a la U. A lo mejor, los hinchas piensan mal de él y le echan la culpa, pero pasaron muchas cosas que la gente no sabe. Y yo, al contrario, destacaría que tuvo los huevos suficientes para seguir hasta el final, dar la cara y asumir que se equivocó al irse a Europa y dejarnos solos esos meses”, recuerda. “Fue como que el papá dejara a los hijos con el tío. Y todos sabemos que con los tíos los cabros chicos hacen y deshacen. A nosotros nos pasó eso”, compara.
/LaTercera
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