El recorrido solvente del PSG en el inicio del curso permitió al técnico del conjunto parisino prescindir de varias piezas importantes en su esquema y que participaron en la derrota del Girona (1-0). Achraf, Nuno Mendes, Fabián Ruiz y Dembélé, iniciaron el choque desde el banquillo. Asensio, por lesión, también se quedó fuera. En el once se presentaron Beraldo, Joao Neves, Kang-in Lee, Doué y Kolo Muani como novedades.
En la grada, contemplando las rotaciones de su entrenador, aparecieron lo también lesionados Donnarumma, Lucas Hernández, Kimpembe y Gonçalo Ramos. Y, sin toda esa ristra de jugadores importantes, el PSG saltó al terreno de juego con una buena parte de su alineación en la que aparecían algunos nombres de poco relumbrón.
El Reims, un rival incómodo e inmerso en la pelea por dar un salto de calidad para abandonar la zona tranquila de la tabla, llegó a la cita en plena ebullición, con dos victorias consecutivas en el bolsillo (ante Rennes y Nantes) y con ganas de dar la sorpresa ante su afición.
Muy ordenados atrás y con Ito al frente de las operaciones a la hora de contragolpear, el Reims sorprendió al PSG en la primera parte. Dejó pocos huecos, apenas cedió dos ocasiones a su rival y marcó en la única de la que dispuso para marcharse al descanso por delante del marcador.
Consiguió su gol gracias a la conexión japonesa Ito-Nakamoura, en la que un centro desde la banda derecha del primero sirvió al segundo para revolverse ante la pasividad de Marquinhos y fusilar a Safonov.
Apenas habían pasado diez minutos desde el inicio del choque y el Reims ya mandaba en el choque. La respuesta del PSG fue pobre y con pocos argumentos. Embarrado en la falta de verticalidad, apenas pudo empatar con un zurdazo desde el punto de penalti de Kang-in Lee y con un disparo de Doué. En ambos casos, respondió Diouf con dos buenas intervenciones.
Luis Enrique no agitó el banquillo hasta el minuto 65, cuando Dembélé saltó al terreno de juego para ocupar el hueco de Doué. Hasta entonces, la tónica del choque fue la misma: atasco del PSG y aguante del Reims, que acariciaba un premio muy goloso, el de propiciar al conjunto parisino su primera derrota del curso.
Entonces, la salida de Dembélé fue decisiva cuando a falta de veinte minutos para el final el ex jugador del Barcelona remató casi sin ángulo un centro envenenado de Joao Neves con el que consiguió superar a Diouf. A la tercera fue la vencida. El portero del Reims, ya no pudo salvar a su equipo y el PSG respiró tranquilo aunque no satisfecho.
La aparición de Dembélé permitió a su equipo sumar un punto. El PSG no perdió, pero tampoco convenció. No hizo más hasta el final. Ni siquiera murió en la orilla de la victoria porque el Reims no se lo permitió. Ahora, la ausencia de los tres puntos permitirá al Marsella gozar de una oportunidad de oro para igualar al equipo de Luis Enrique en la cabeza de la tabla: si gana al Lyon este domingo, ambos equipos compartirán liderato en Francia.
/Sport
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