Los ‘diablos rojos’ tuvieron muchísimas ocasiones, dos goles anulados a Lukaku incluidos, pero Eslovaquia se terminó llevando el triunfo tras el error de Doku
Jérémy Doku, tras su sensacional tramo final de temporada con el Manchester City, llegó a Alemania con la intención de convertirse en el líder de una selección belga acostumbrada a pegársela en las fases finales de Eurocopas y Mundiales. Quería el rapidísimo Doku ser el Hazard de Francia 2016 y sus primeros cinco minutos de campeonato fueron impresionantes. Dos carreras marca de la casa, dejando atrás a todos los rivales que se le ponían por delante, sirvieron para que Doku asistiera a Lukaku en dos acciones que deberían haberse saldado con dos goles para los belgas.
Pero Lukaku volvió a ser el Lukaku del Mundial de Qatar y mandó al limbo esas dos oportunidades clamorosas de una manera un tanto cómica. Ni él mismo se lo creía. Doku, no obstante, se sintió superior a todos. Se veía tan cómodo con el balón que se relajó mucho. Tanto, que empezó a hacer cosas que no tocaban. Así, en un saque de banda en la posición de lateral derecho, Doku montó un buen lío, perdió un balón imperdonable y permitió que dos jugadores eslovacos fusilaran a Casteels, meta que se estrenaba en una gran cita tras once años a la sombra de Courtois, ausente por su enfrentamiento con el seleccionador belga, Domenico Tedesco. Casteels evitó el gol a la primera, pero no pudo hacerlo en el rechace.
Schranz marcó el gol de su vida y, aunque lo parecía al principio, no estaba en fuera de juego.
A sus 30 años, Schranz se convirtió en héroe nacional con un gol que dio tres puntos completamente inesperados a Eslovaquia. El delantero del Slavia de Praga hizo la diana decisiva, pero el histórico triunfo de la selección entrenada por Francesco Calzona, que compatibiliza su cargo con el de técnico del Nápoles, no puede entenderse sin el increíble despliegue de sus compañeros Lobotka, Duda y Kucka en el centro del campo y la espectacular salvada bajo palos del central Hancko, relacionado en los últimos días con el Atlético de Madrid como sustituto de Mario Hermoso, quien evitó un gol seguro de Bakayoko.
Además, Lukaku acabó completando otra tarde para el olvido, ya que los dos goles que anotó en el segundo tiempo fueron concedidos en primera instancia por el turco Halil Meler y anulados posteriormente por el VAR. En el primero estaba en fuera de juego por milímetros. En el segundo, Openda se ayudó de la mano antes de percutir por la banda izquierda, dejar atrás a Pekarik y asistir a un Lukaku que por segunda vez celebró un gol para acabar lamentando su mala suerte. Fue la viva imagen de la impotencia el ariete belga.
Dubravka, meta eslovaco, solo tuvo que hacer una parada en el segundo tiempo, para atajar un derechazo de un desacertado De Bruyne. Pero los de Tedesco chutaron diez veces en la última media hora. Ni un solo disparo fue entre los tres palos. Suslov, a la contra, pudo sentenciar. Al final, nueva decepción de Bélgica y fiesta por todo lo alto de una Eslovaquia que sueña con colarse en los octavos de final tras un estreno soñado.
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