La revista France Football, publicación que desde el año 1956, otorga el premio Balón de Oro, al mejor futbolista mundial del año. Este lunes 29 recién pasado en Paris, el preciado galardón recayó por séptima vez, en Lionel Messi. Al no aparecer nítidamente en el horizonte el que tome la posta para ir supliendo a Messi en lo alto del podio futbolístico del planea, el mundial de Qatar 2022, tendrá que aferrarse a la figura de Lio como atractivo principal.
Son 21 los Mundiales disputados desde 1930 en Uruguay al último el 2018 en Rusia, en todos siempre se ha buscado elegir cual es el mejor jugador de Futbol del Mundo del momento. Esto se observa principalmente después del mundial de Brasil de 1950, con el mítico resultado del post Maracanazo.
Sin duda que un tema de conversación y de discusión, que muchas veces es una polémica infinita es la que se produce al hablar de cual creemos que es el mejor jugador del mundo de todos los tiempos. En lo particular tengo un vago recuerdo de los mundiales de 1958 y el de Chile en 1962. Ya por esos tiempos se discutía de la jerarquía del argentino, Alfredo Di Stefano, apodado “La Saeta Rubia”, ya consagrado en el Real Madrid donde en 10 años (1954-1964) lo gano todo, ocho campeonatos de liga y cinco Champions consecutivas.
Di Stefano, era por esos años era el Top One sin discusión, ahora bien, no recuerdo a quien destrono, quien era el mejor anterior. Se habla de Ferenc Puskás contemporáneo de “la saeta rubia”, que tiene un récord hasta hoy inalcanzable, disputo 719 partidos, convirtiendo 709 goles, casi un gol por partido. Tuve la suerte de conocerlo y enfrentarlo en un encuentro amistoso, entre periodistas deportivos y técnicos cuando el húngaro dirigió técnicamente a ColoColo el año 1977. A esa justa deportiva, fui invitado por Víctor Eduardo “cañón” Alonso y del resultado mejor no acordarse, Puskás con más de 50 años a cuestas y con un exagerado sobre peso, literalmente nos pintó la cara.
En el año 1958, en el Mundial de Suecia, aparece el brasileño Edson Arantes Do Nacimiento, Pele debutante con solo 17 años, jugo 4 encuentros y convirtió 6 goles y desde ese momento empieza la inevitable comparación con Alfredo Di Stefano que durante muchos años se mantuvo y que dividía a los fanáticos que imponían sus argumentos, para decir cual era el mejor jugador del mundo. En el año 1970 en el Mundial de México, Pele ratifica con una soberbia actuación con la obtención del título para Brasil.
El reinado de Pele, transita desde 1962 a 1978, hasta cuando en B Aires aparece en 1976, en el club Argentinos Juniors un jugador llamado Diego Armando Maradona, que tres años mas tarde ya lo comparaban con Pele. Por entonces yo vivía en B Aires y mi trabajo quedaba a cinco cuadras de la cancha de A. Juniors, en el barrio de Devoto y del 77 al 80 tuve oportunidad de ver al “pelusa” en una treintena de veces y les puedo asegurar que era un jugador mágico y con su sola presencia en el campo de juego, llenaba la cancha y las tribunas. Con mas de diez jugadas de excepción por partido.
Maradona ocupa el cetro Mundial hasta el 2004, ya había dejado de jugar el año 1998, pero su aura futbolística se mantenía intacta y sin contrapeso, salvo el de los aficionados mayores que algo habían visto de Di Stefano y de Pele, que no admitían comparación posible. Precisamente fue este año y en Barcelona que “despunta” Lionel Messi debutando en el Barca con apenas 16 años, e inmediatamente el radar futbolístico mundial fija sus antenas en Cataluña y al poco andar lo nombran como el D10S, apodo un poco desubicado, pero algo dice para los fanáticos catalanes.
Di Stefano, Pelé, Maradona ya escribieron su historia y los números están ahí. Lio Messi la continua escribiendo y aunque sea en francés las cifras estadísticas en partidos y goles las seguirá engrosando. Estos cuatro futbolistas sudamericanos son de características y “talentos” distintos, pero nadie podrá discutir que fueron y son unos fenómenos y que las opiniones respecto a ellos no tendrán fin.
Gonzalo Mingo Ortega.
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS