La Federación de fútbol de dicho país presentó un ambicioso proyecto que tendrá por objetivo arrebatarle la sede del partido definitivo al Santiago Bernabéu y al Camp Nou.
La Federación de fútbol de dicho país presentó un ambicioso proyecto que tendrá por objetivo arrebatarle la sede del partido definitivo al Santiago Bernabéu y al Camp Nou.
A siete años de su realización, la Copa del Mundo de 2030 ya comienza a tomar forma. En el marco de la edición que organizarán en conjunto España, Portugal y Marruecos, la Federación de fútbol del país africano sorprendió al mundo al anunciar un ambicioso proyecto.
A partir de una gestión de la Agencia Nacional de Equipamientos Públicos (ANEP), las autoridades marroquíes se adjudicaron un contrato con un holding arquitectónico que será el encargado de diseñar y construir el Gran Estado Casablanca, estadio que será el más grande del mundo con una capacidad para 115 mil espectadores y que buscará arrebatarle la sede de la final a los recintos del Real Madrid y el Barcelona.
El mayor estadio del planeta para acoger el mayor partido del planeta. Así denominaron en España al proyecto de Marruecos para quedarse con la final del mundial que se llevará a cabo el 21 de julio de 2030.
Con la esperanza de volver a darle al continente africano la oportunidad de albergar una instancia definitiva del mayor trofeo del orbe, el gobierno marroquí llegó a un acuerdo para construir su nuevo coloso con la empresa Populous, un estudio de arquitectura norteamericano-británico, especializado en grandes infraestructuras deportivas como el New Tottenham Stadium y el Lusail, casa de la final de Qatar 2022.
El anuncio reveló una impactante noticia. La maqueta que planteó Populous es de un recinto para 115 mil personas de capacidad, es decir, superará a los 105 mil que tendrá el Camp Nou al término de su remodelación, los 84.744 espectadores que tiene el moderno Santiago Bernabéu y los 114 del Rungrado-Primero de Mayo, ubicado en Piongyang, capital de Corea del Norte.
Según el comunicado oficial de la organización, el proyecto “se inspira en la tradicional fiesta marroquí conocida como mussem” y “tiene sus raíces en figuras antiguas y primordiales: la carpa y el jardín, así como la topografía y los paisajes de Marruecos con un espacio generoso, abierto al mundo y respetuoso con la naturaleza que protege”.
Bajo esta misma línea, el esfuerzo monetario de las autoridades del país ubicado al norte de África rondará los 1.873 millones de euros y servirá para construir el reducto y las instalaciones que estarán distribuidas por toda la ciudad deportiva. Además, el inicio de las obras está programado para finales de 2024, abarcará 100 hectáreas de territorio y concluirá el 2028.
A pesar de lo ambicioso que suena la idea, Marruecos corre con ventaja tras la declaración de Antonio Laranjo, coordinador de la triple candidatura futbolística. En palabras del directivo, “Portugal privilegiará sus estadios actuales y no invertirá dinero en la construcción de unos nuevos, por lo que la chance de que se adjudiquen la final es nula”.
Pero la poca inversión de los lusos no es el único factor que los pone como candidatos. Con el lío reciente entre la Federación Española de fútbol y la justicia de dicho país, la FIFA no mantiene las mejores relaciones con la entidad ibérica, por lo que Marruecos corre como el claro favorito para llevarse la final a casa.
/LaTercera
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