El ilusionante equipo de Hansi Flick de la Liga mostró en la competición europea los miedos del pasado y cayó en el estreno donde dio ventajas por la expulsión en el 10′ de Eric Garcia
El nuevo Barça no se presentó al estreno de la nueva Champions League. Acudió el viejo, con caras más jóvenes y un entusiasta entrenador alemán en el banquillo, pero con los mismos miedos e inseguridades de los últimos años. Con diez desde el minuto 10 por la roja a Eric Garcia, sí, pero fruto de un error compartido con Ter Stegen, cayó 2-1 ante un Mónaco que demostró que el 0-3 del Gamper no era el sueño de una nohe de verano. «Si no estás concentrado al cien por cien, esta competición te echa», dijo Flick en la previa. Pues eso.
Precisamente Ter Stegen, el único de la plantilla que ha estado en todas las debacles desde el último título en Berlín en 2015, confirmó que la experiencia y la capitanía no liberan a uno de los fantasmas de casi una década. Como sucede en estos pases interceptados de portero a mediocentro, nunca se sabe si el pivote no fue lo suficientemente valiente para recibir pese a la presión de un rival o si el guardameta no supo ver que el contrincante ya estaba encima y no valía la pena arriesgar. Pero lo que está claro es que el que el jugador que toma la decisión final es el cancerbero, que ya no es un niño. Ter Stegen tocó en corto cuando Eric Garcia ya se giraba, Minamino se llevó el balón y Eric, en su porfía por recuperarlo, lo derribó en la frontal del área grande cuando se iba solo hacia portería. Tarjeta roja directa en el 10′. Y suerte que Zakaria estrelló la falta en la barrera.
Todo el positivismo que había generado el Barça de Hansi Flick en las primeras cinco jornadas de Liga, con ese pleno de 15 puntos y más de tres goles de media por partido, se diluía en un abrir y cerrar de ojos. Eric Garcia, la novedad en el once inicial, sorprendente no por su inclusión en el doble pivote sino porque desplazaba a Pedri a la media punta por la baja del lesionado Dani Olmo, dejaba al equipo durante 80 minutos. El canario, claro, volvió al lado Marc Casadó.
Y llegaban más señales de otros tiempos. Raphinha se quedó solo tras un pase de Lewandowski en el 13′, pero, pese a su fortaleza anímica actual, se pensó tanto el remate que apareció Kehrer y lo impidió. Se pareció en esa jugada a un Dembélé de aciagas noches europeas. Al instante, una carambola de rebotes en el área propia, más desgracias, permitió a Embolo disparar a dos metros de portería con todo a favor, pero a las manos de Ter Stegen.
El viejo Barça remató su aciago inicio dejando un pasillo al habilidoso Akliouche para que llegara hasta zona de tiro con apenas un recorte y batiera a un estático Ter Stegen con un disparo ajustado a un poste sin demasiada potencia. 1-0 en el 16′ y muy malas sensaciones. Minamino y Embolo volvieron a inquietar a un equipo tembloroso en acciones bien trenzadas por un Mónaco agresivo.
Pero afortunadamente en esta triste historia apareció un rebelde para cambiarla. A Lamine Yamal se le resistió la pasada temporada el récord de goleador más joven en la Champions, pero aquello le valió de experiencia en la competición. Y en el minuto 28 se quitó la espina con una acción de crack veterano de 17 años. Con el cuerpo le ganó la espalda a Singo, con la cintura se deshizo de Salisu y con la pierna izquierda superó a Kohn con un remate raso y colocado. El 1-1 dio alas al Barça y poco después Balde no atinó con la derecha en el área pequeña tras una acción embarullada, aunque hasta el descanso también el Mónaco siguió apretando con una ocasión de Lamine Camara y un gol bien anulado.
Adi Hütter buscó más calidad en el último pase ante un Barça con diez y dio entrada a Golovin tras el descanso, pero el equipo azulgrana, esta vez de negro, mostró más concentración en defensa y logró que no pasaran demasiadas cosas en su área a la espera de cazar alguna contra en la contraria. Ter Stegen, tras algunos despejes de puños fallidos y varios pases al rival, voló en el 57′ para poner una gran mano en un disparo lejano de Vanderson. Y Raphinha no llegó por poco a un centro de Koundé.
En el minuto 70, con la entrada de Caio Henrique y Balogun, el Mónaco ya llevaba cuatro cambios de refresco y el Barça acumulaba 60 minutos con los mismos 10. El fútbol no son matemáticas, pero en el 72′, llegó el 2-1. Cubarsí midió mal un salto con Balogun e Iñigo no estuvo atento en cubrir su espalda. Sin nada más, con un pase lejano directo, Ilenikhena se plantó sólo ante Ter Stegen y le disparó al cuerpo, pero el alemán ya se había inclinado.
Se rindió Ter Stegen y se rindió Flick, que pareció tirar la toalla en el 79′ quitando a Lamine, Lewandowski y Cubarsí para dar entrada a Ferran, Sergi Domínguez y Gerard Martín poco antes de que Pablo Torre ocupara la plaza de Pedri. Y Flick buscó la gesta con el regreso de Ansu pero la noche no estaba para milagros.
/Escrito por Javier Gazcón para Mundo Deportivo
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