Dos goles de Borja Iglesias le dan la vuelta al marcador ante el piropeado Girona para que los verdiblancos sean matemáticamente equipo de la Liga Europa por tercera temporada consecutiva
El Betis ya estaba virtualmente clasificado para la Liga Europa, pero su notable temporada merecía un colofón a la altura de tantos méritos acumulados durante todo un curso. Y el cuadro de Manuel Pellegrini lo iba a conseguir a través de una remontada de mucho valor ante un Girona que era piropeado por todos por su buen fútbol, pero que no pudo evitar que los heliopolitanos se impusieran con la solidez con la que se han manejado durante la mayor parte del torneo liguero. Dos goles de Borja Iglesias tras el intermedio le dieron la vuelta a la llegada de Miguel Gutiérrez antes del intermedio. Muy parecido a la cita de la primera vuelta entrambos, lo que evidencia la fortaleza bética incluso en las dificultades.
Porque la principal virtud de este Betis de Pellegrini, al menos en la actual campaña, no está en la brillantez, en las exquisiteces, ni siquiera en el número de goles que sí materializó antes con el chileno al mando, la gran cualidad es saber competir en todos los partidos, no dar jamás su brazo a torcer. Así, y que me perdonen quienes gozan con otro tipo de fútbol, se ha convertido, sin ningún género de dudas, en un mejor equipo, en una escuadra a la que cuesta mucho trabajo doblegar y que sabe darle a los partidos lo que éstos van demandando en cada momento.
Ni siquiera la baja por lesión grave de su gran estrella le ha afectado más de la cuenta. El Betis de Pellegrini, y de los miembros de su consejo de administración, por qué no decirlo, ha sabido adaptarse al medio para convertirse en un grupo rocoso, incómodo, para todos sus rivales. Éstos jamás pueden darlo por derrotado y esta penúltima cita en Gerona era una buena prueba de ello. Los locales se fueron al intermedio con ventaja en el marcador, pero no pasaba nada. Nada de nada.
En un plis plas ya estaba el partido empatado a través de la velocidad, la precisión y la sencillez. Un pase profundo de Miranda a Canales, el cántabro rompe la línea defensiva del Girona y le pone un balón con el lacito de gol a Borja Iglesias, quien coloca el pie para golpear con el interior y para engañar a Gazzaniga en una especie de penalti en movimiento. La cosa comenzaba a encauzarse y mejor se pondría con otra buena jugada de Miranda por la izquierda para que el lateral pusiera otro magnífico centro y Borja Iglesias repitiera en el área pequeña.
Triunfo de mérito para el Betis después de una primera mitad que iba a carecer de ritmo y de intensidad por parte de unos y otros. Nada extraño por otra parte a estas alturas del curso. Los gerundenses apostaban por tocar y tocar en su intención de salir siempre con el balón desde atrás, pero el Betis sabía taparle muy bien las vías cuando trataban de conectar con los hombres del centro del campo, algo que es fundamental para este estilo de fútbol. Tanto es así que los hombres de Pellegrini iban a tener la ocasión más clara para haberse puesto por delante.
Minuto 21, Ayoze recibe un regalo por parte de Valery fruto del buen posicionamiento defensivo de todas las piezas que vestían de azul, verdiblancos habitualmente. Fue algo parecido al gol que decidió el partido de la primera vuelta, cuando fue Borja Iglesias quien recibió la dádiva y la aprovechó. Es verdad que el gallego tuvo que recorrer más metros hasta la portería del Girona, pero esta vez el delantero canario careció de acierto y, con todo a su favor para cantar el primero de los béticos, permitió que Gazzaniga le hiciera una buena parada.
El Betis había dejado escapar la mejor opción para ponerse por delante y el partido seguía discurriendo en una mezcla de igualdad entre los dos equipos y también cierta parsimonia. Pellegrini había refrescado a los suyos con Sabaly, Édgar, Miranda, tres zagueros, William Carvalho, Rodri y Borja Iglesias, más de medio equipo, pero a estas alturas cuesta ya mucho cambiar de ritmo, meter una marcha más de intensidad.
Después de la diáfana opción de Ayoze, todo fueron disparos desde fuera del área arriba. Canales (23′) y Rodri (35′) lo intentaron antes de que llegara la mejor jugada del primer periodo. Gazzaniga buscó a Miguel Gutiérrez en el lateral izquierdo y éste se fue con un quiebro de Guido Rodríguez. Mala cosa para el Betis cuando el medio centro argentino se ve sobrepasado en el campo rival, ya que difícilmente encuentra socios para taparle las espaldas tan lejos de Claudio Bravo.
El lateral izquierdo aprovechó la existencia de tantos metros por delante para avanzar y con una sencilla pared con Reinier se plantó en solitario delante de Claudio Bravo. Gol para el Girona (36′). Nada iba a cambiar en exceso, sin embargo, respecto al juego, pues el Betis siguió más o menos a lo mismo y su producción volvía a ser un disparo duro y alto, esta vez de Canales (40′) antes del punto final al primer acto.
Sí giraba todo 180 grados tras ese periodo de reflexión. Borja Iglesias acertaba con prontitud y el Betis ya se sentía aún más sólido. Después de ese 1-1 las ocasiones más claras serían forasteras. Primero, una llegada masiva de los béticos con disparo final de Miranda cruzado (50′), después una buena parada de Gazzaniga a Édgar (63′), un cabezazo al larguero de Borja Iglesias (64′) y el gol del gallego (77′).
Cierto que también Claudio Bravo salvó a los suyos ante David López (65′) y Taty Castellanos (80′), pero el Betis se había hecho acreedor a los tres puntos y cuando los tiene en la mano rara vez deja que se los arrebaten, ésa es la gran cualidad de este grupo de futbolistas que le pusieron en las manos a Manuel Pellegrini y que el chileno los ha llevado a la tercera clasificación europea consecutiva con mucho mérito. Tiempo, pues, para festejar y para comenzar a preparar el asalto a la cuarta.
/DiarioSevilla
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