El Bayern apenas tuvo que esforzarse para sellar su pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones. Su duelo con el Shakhtar estuvo marcado por el penalti y expulsión de Kucher a los tres minutos de juego. Müller y Boateng acabaron por la vía rápida con lo que pronto se había convertido en un mero trámite. Ribéry, Müller de nuevo, Badstuber, Lewandowski y Götze lo acabaron convirtiendo en una humillación para el conjunto ucraniano.
MUNICH.- Se esperaba mayor resistencia de los hombres de Lucescu. Se preveía, al menos, que el Shakhtar no tirase la eliminatoria casi en la primera jugada del partido. Lo hizo Kucher, que fue al suelo de manera tardía en una aparición de Götze dentro del área. Más allá de la teatralidad del jugador alemán o de la virulencia del contacto, la inocencia del defensa ucraniano hizo el resto.
Müller agradeció la concesión desde los once metros y el Shakhtar se resignó al nuevo escenario. Se metió demasiado atrás y el Bayern acabó tirando paredes en el área ucraniana. Los de Lucescu se suicidaron y Boateng aclaró aún más el camino. Apoyados en la insistencia de Ribery, y más tras la lesión muscular de Robben, el Bayern trató de finiquitar la eliminatoria cuantos antes, si es que ya no lo estaba.
Sin piedad
Lo hizo a la vuelta de vestuarios. En un arranque espectacular, dos acciones de Ribéry confirmaron la goleada. El francés hizo el tercero tras tirar una pared con Alaba y propició el rechace de Pyatov en el cuarto tanto alemán, obra de Müller. Hasta Badstuber se sumó a la goleada que amplió Lewandowski, obsesionado con un gol que parecía que no llegaría nunca. Götze, que tampoco pasa por un buen momento, aprovechó para sumarse a la terapia con el tanto que cerró la fiesta alemana.
Se movieron los banquillos y la intensidad disminuyó como era de esperar. El Bayern solo necesitó tres minutos para encontrar el camino hacia cuartos. Allí no todo será tan fácil, pero los de Guardiola están preparados para ello.
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