El venezolano Rentería había anotado el único tanto del partido y fue a celebrarlo al sector de la cancha en que estaba la barra iquiqueña. La respuesta fue una andanada de insultos, todos haciendo mención al color de piel del delantero de San Marcos. Se jugaba el minuto 70´del partido y Julio Bascuñán suspendió el encuentro.
ARICA.- Todo lo que sucedió anteriormente pasa a segundo plano. Pese a que era un partido entretenido, jugado con los dientes muy apretados y haciendo honor a quienes aseguran que es uno de los clásicos más bravos del fútbol chileno.
El condimento extra lo ponía la ubicación de ambos equipos en la tabla (muy comprometidos con el fantasma del descenso, especialmente los locales) y la presencia de Nelson Acosta, siempre polémico, en la banca iquiqueña.
Hasta que se produjo la apertura de la cuenta y es cierto que Rentería tuvo la mala ocurrencia de ir a celebrar su conquista donde no correspondía. Por lo mismo, es probable que merezca sanción del Tribunal. Pero, lo que no merece es la reacción sencillamente abominable de la hinchada de Iquique, que dejó caer una andanada de insultos, todos haciendo mención al color de piel del delantero de San Marcos.
Muy afectado, Emilio Rentería incluso se puso a llorar en el centro del campo de juego. El árbitro Julio Bascuñán se acercó a calmarlo y pidió que por los parlantes se impusiera de inmediato el término de los insultos racistas, provenientes desde la barra visitante.
Ocurrió exactamente lo contrario y aumentos los gritos denostando al venezolano, por lo que Bascuñán tomó la única determinación posible: suspender el partido.
Cabe recordar que esta no es la primera vez que el moreno es víctima de esta clase de insultos. La primera vez fue ante O’Higgins en el estadio El Teniente, oportunidad en que incluso recibido por autoridades en La Moneda, que le ofrecieron sus disculpas a nombre del pueblo chileno.
Similar actitud tuvo inmediatamente la directiva del club rancagüino, que repudió la actitud de su hinchada e inició de inmediato una investigación para ubicar y castigar a los responsable.
Todo lo contrario a lo que hizo esta tarde la gente de Iquique. El primero en levantar la voz fue el técnico, Nelson Acosta, quien acusó que fue Rentería quien «provocó» a la barra de los Dragones.
Lo mismo aseguró el arquero Rodrigo Naranjo, que estaba por lógica muy cerca de donde ocurrieron los hechos.
Y la voz oficial del club siguió el mismo camino,como lo prueba este twett publicado en su página oficial:
Puede que efectivamente, haya sido así. Pero, insistimos, nada justifica la reacción de la hinchada de Iquique. Sus insultos racistas no tienen perdón de Dios. Impresentable e inaceptable.
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