Se obtuvo la segunda Copa América, la del centenario, se celebró y somos los campeones vigentes, sin embargo, hay que dar vuelta la página, porque las competencias continúan y los rivales también juegan.
Por Sebastián Alonso M.
smino@todofutbol.cl
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SANTIAGO.- Finalizada la doble fecha clasificatoria, válida para asistir al Mundial de Rusia 2018, Chile no fue capaz de mantener el nivel exhibido en las Copa América Chile 2015 y tampoco el mostrado en la Copa América Centenario.
No se trata de ser exitosas, ni mucho menos. Estamos totalmente agradecidos como hinchas del fútbol y de nuestra selección, que un grupo de jóvenes -la generación dorada- nos haya entregado la alegría de asistir a dos mundiales de manera consecutiva, y es más, entregarnos dos trofeos, algo jamás pensado por la gente mayor de nuestro país.
Estábamos acostumbrados a que se nos quemase el pan en la puerta del horno. Sin embargo, 23 gladiadores, con una premisa clara, le cambiaron la mentalidad a un país que estaba habitualmente acostumbrado a celebrar segundos lugares, y hasta terceros puestos.
Dos campeonatos, conseguidos de forma consecutiva, nos pusieron en lo más alto del fútbol continental, y todo el orbe comenzó a hablar de una larga y angosta faja de tierra, que se encuentra en el fin del mundo.
Un sentimiento encontrado lo que ocurrió post partido frente a Bolivia, y ojo, no hay que mirar al rival en menos. Angustia al ver como se machacaba para concretar un gol, lo mismo al ver como Matías Fernández salió entre lágrimas y sollozos, al igual que Charles Aránguiz, quien se tapó la cara con su camiseta.
Lo digo de corazón. Gracias por tanto, muchachos, pero por favor, separemos las cosas. Dejemos los trofeos en las vitrinas y no al borde de la cancha. No saquemos el mote de bicampeones antes y después de cada partido.
Las copas no juegan, ustedes los 11 guerreros, los que nos llevaron a la gloria y tocar las estrellas con las manos, sí. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, dicen. Si somos los campeones, demostrémoslo en cancha y no nos quedemos en solo palabras.
Confío en esta selección, confío en Arturo Vidal, en Alexis, en Charles, en Bravo, en el Pitbull Medel. Confío en que nos seguirán dando muchas alegrías y que levantarán la cabeza y sacarán adelante la tarea.
Todos somos Chile, y todos con empuje diremos finalmente, estamos en el Mundial de Rusia 2018. Y quien sabe… Quizás, gritemos, somos campeones del mundo.
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