Semana dura para los equipos chilenos: perdieron los tres –Colo Colo, Palestino y Universidad de Chile–, los dos últimos quedaron eliminados, les marcaron en conjunto nueve goles y ellos no pudieron anotar. A un mes y medio de hospedar la Copa América
GUAYAQUIL.- Semana intensa de Libertadores. Con una definición dramática, la del Grupo 6 entre River-San José de Oruro y Juan Aurich-Tigres de Monterrey. Finalmente (penosamente), pasó River a la siguiente ronda al vencer 3-0 al conjunto boliviano, pero sobre todo al triunfar Tigres en Chiclayo, por 5 a 4. Toda la semana se habló de esta definición, que tenía una peculiaridad: Tigres, ya clasificado con holgura, era árbitro de la suerte de River. Y decidió llevar a Perú un equipo con todos suplentes, incluso con 16 profesionales, dos menos para el banco. Con esa dotación, el equipo mexicano debía al menos empatar con el Aurich para que River pudiera avanzar, si ganaba y marcaba varios goles. Se habló de “vergüenza”, de “desprestigiar la Copa”, etcéteras varios justamente por la delegación que mandó.
No vemos dónde está el desprestigio. Tigres hizo bien sus deberes para quedar primero y lo logró con antelación. Podía permitirse una rotación de titulares. Jugaba ayer sábado el importante clásico regiomontano frente al Monterrey; le asistía todo el derecho del mundo a reservar a sus mejores hombres. Se dudó de la deportividad de la medida dispuesta por el entrenador brasileño Ricardo Tuca Ferretti, pero en tanto pusiera en el campo once jugadores que están en la lista de buena fe, estaba todo bien. Además, cabe formularse la pregunta: ¿Tigres debía velar por la chance de River…? ¿Por qué…?
Por si faltaba algo, el club mexicano fue a la tierra del Inca y ganó. El arquero argentino de Tigres, Nahuel Guzmán, había dicho en la previa: “Se están diciendo muchas cosas de nosotros, de que vamos a entregar el partido, pero vayan los jugadores que vayan, saldrán a buscar los tres puntos. ¿Si ganamos nos van a pedir disculpas después…?”.
¡Tres Boca-River…! El angustioso pase de River generó que ahora se den tres Boca-River en el término de 12 días. El 3 de mayo por el campeonato argentino, en La Bombonera, el 6 por la Copa en el Monumental y el 13 la revancha copera en La Boca. La Libertadores recibe un impulso extraordinario, completamente inesperado, al menos en esta instancia. Boca-River es una batalla imperdible que atrae al continente. Y aunque River sea el peor clasificado y Boca el mejor (logró los 18 puntos en disputa), las posibilidades se emparejan por la rivalidad. Ahí gana cualquiera.
A octavos con una sola victoria. River igualó un récord negativo: es el tercer equipo que llega a octavos con el puntaje más bajo de la historia: 7. Los anteriores fueron Once Caldas (2011) y Sao Paulo FC (2013). Un caso increíble, pasó ganando un solo partido. Y ahora enfrentará en plano de igualdad a otro que ganó seis.
Un mazazo. Semana dura para los equipos chilenos: perdieron los tres –Colo Colo, Palestino y Universidad de Chile–, los dos últimos quedaron eliminados, les marcaron en conjunto nueve goles y ellos no pudieron anotar. A un mes y medio de hospedar la Copa América.
Ni rastros. Lo de la ‘U’ de Chile es inquietante; cayó 4-0 de local ante el Inter de Porto Alegre. Apenas tres años después de que hiciera un magnífico papel en la Libertadores 2012 (semifinalista, eliminado por el ganador Corinthians) y de deslumbrar en la Copa Sudamericana (campeón de ese mismo año), no queda nada de aquel cuadrazo que armó Jorge Sampaoli. Es el peligro que tiene el fútbol cuando se convierte en sociedad anónima: los propietarios vendieron una docena de jugadores aprovechando la cotización en alza, tomaron ganancias y desmantelaron el club.
Volver al pasado. Otros que sufrieron son los venezolanos. Sus tres representantes quedaron fuera de la competencia; con un agravante: entre los tres –Táchira, Mineros y Zamora– disputaron 17 partidos sin victorias: 4 empates y 13 derrotas, 11 goles a favor y 46 en contra. Un saldo pavoroso, que los retorna a los años 60 y 70, cuando recibían goleadas crueles. Aún recordamos el Peñarol 11-Valencia 2 de 1970.
Tampoco mejoran. Chilenos y venezolanos no son los únicos que han fracasado; tampoco brillaron los peruanos, ecuatorianos (salvo Emelec), uruguayos… En algunos casos, las malas actuaciones se repiten año tras año. La aspiración de varios pareciera ser que algún equipo pase la fase de grupos, apenas eso.
Goleada y solvencia. La autoridad con que Independiente Santa Fe ganó en Chile a Colo Colo (3-0) habla bien del fútbol cafetero, de lejos el tercero de Sudamérica, al menos a nivel de club. De hecho, aunque no están clasificados aún, Santa Fe y Atlético Nacional están muy cerca de pasar a la siguiente fase. Podría ser el único país que ubica dos equipos en octavos fuera de Brasil y Argentina. Bolivia es el otro.
¿Más cupos…? Con frecuencia leemos en diversos medios que habría que equiparar a todos los países en materia de cupos. Esto porque brasileños y argentinos disponen de 5 y las nueve asociaciones restantes tienen 3. Los comentarios hablan de aumentarle a unos o quitarle a los otros. Sobre que la Copa ha perdido nivel por la partida de todas las figuras a Europa, esto sería catastrófico. En primer lugar, argentinos y brasileños son los eternos animadores del torneo, los que le dan habitualmente emoción, prestigio, los que arrastran multitudes al estadio y tienen las audiencias más altas en televisión, también los que atraen a los grandes patrocinadores como Bridgestone, Toyota, Santander, etc. Segundo porque cada uno tiene una docena de equipos con tradición, poderío y convocatoria. ¿Sacar a Corinthians, Palmeiras, Flamengo, Sao Paulo, Santos, Gremio, Vasco, Boca, River, Racing, San Lorenzo, Newell’s, Estudiantes, Vélez y varios más para igualar el número con equipos que son muy inferiores a ellos… algunos casi amateurs…? O al revés: ¿premiar a quienes más pierden aumentándoles su participación…?
Está bien así. Brasil y Argentina sostienen la competencia, económica y deportivamente. Los cinco lugares se lo han ganado en 56 ediciones de Copa. Si se implantara un sistema de plazas por rendimiento quizás tendrían más. No lo estamos proponiendo, simplemente ejemplificando: digamos que se instaurara un método de ascensos y descensos. Quien no coloca un representante en octavos durante dos años seguidos pierde un cupo. Quien clasifica al 60% de sus representantes en el mismo lapso, gana uno. A esta altura, los dos líderes tal vez tendrían 8 sillas cada uno. Hay que debatir ideas para jerarquizar aún más la Copa, no para depreciarla.
por Jorge Barraza., columnista del diario El Universo de Guayaquil, director de la Revista de la Confederación Sudamericana de Fútbol y de su página en Internet
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