El Manchester City cerró una semana para olvidar en Anfield con una derrota que le vuelve a alejar de la pelea por la Premier League. Dos golazos de Henderson y de Coutinho tumbaron a un equipo, el de Pellegrini, en el que únicamente Agüero dio la cara.
LIVERPOOL.- Una vez más, otra cita clave, y el City de Pellegrini no da la talla. Son demasiadas ocasiones ya en las que el equipo de Manchester no ofrece el rendimiento esperado, más allá de obtener un resultado negativo. A la casi definitiva debacle europea hay que añadir ahora una Premier que se le pone casi imposible. Entramos en marzo y un equipo hecho a base de talonario y repleto de figuras está prácticamente descartado en todas las grandes competiciones.
En Anfield más de uno se preguntaría donde van a parar esos millones que el conjunto ‘citizen’ invierte cada temporada. A los de Pellegrini les falta estabilidad defensiva, un líder que sostenga a una zaga demasiado frágil, y especialmente una clara respuesta colectiva cuando vienen mal dadas. Todo ello fue castigado por un Liverpool en evidente evolución en el que los fichajes empiezan a rendir y los hombres importantes vuelven a marcar diferencias.
Y eso que los de Brendan Rodgers se encontraron a un City con carácter en el arranque. El dominio inicial de los de Pellegrini se vio bruscamente alterado con la maravilla de Jordan Henderson a los once minutos. El centrocampista se acomodó en el pico del área y soltó un disparo cruzado con rosca que puso por delante al conjunto ‘red’. El inicio de la jugada, por cierto, llegó en un error de bulto de Kompany, el jugador llamado a liderar la línea más débil del conjunto de Manchester.
Agüero y poco más
La reacción del City, o más bien de Agüero, no se hizo esperar. El argentino estrelló un balón en el palo y anunció por donde llegaría el peligro ‘citizen’. Cuando el partido se acercaba a la media hora, el ‘Kun’ acaparó la atención de casi toda la defensa ‘red’ para permitir a Dzeko que firmara el empate.
Recuperados del sobresalto inicial, se esperaba que el City asumiera el mando del partido tras el descanso, pero nada más lejos de la realidad. Un Liverpool que venía de jugar una prórroga europea 48 horas antes marcaba el ritmo del partido. Un City contemplativo parecía agarrarse a una individualidad que nunca llegó. Sí apareció del lado ‘red’. A cuarto de hora del final, Coutinho ofrecía una réplica mejorada del tanto de Henderson y ponía Anfield patas arriba.
Con las prisas, jugadores como Silva o Touré aumentaron su incidencia en el juego y el City pudo empatar, especialmente en una acción del canario. También pudo sentenciar el Liverpool, que se condenó al sufrimiento tras un error en la definición del recién incorporado Sturridge.
El resultado se mantuvo y la decepción ‘citizen’ se acentuó con el pitido final. No fue solo la derrota, si no como se gestó. Y lo más preocupante es que no aparece ningún atisbo de cambio en un equipo construido para mucho más. El derribo se sufrió en un Anfield que vuelve a disfrutar.
Jaime Rincón para Marca de España/
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