Por penales, Chile ha quedado fuera de un mundial, después de empatar 1-1 en cancha.. Ante un Brasil muy mediocre y con la fortuna de ese travesaño que impidió el gol de Pinilla en el último minuto del alargue.Quizá, duele más caer así. Porque,como nunca, se estuvo tan cerca…tan cerca…
BELO HORIZONTE.- La imagen de los jugadores chilenos llorando es una postal de lo que fue esta dramática e injusta definición por penales que ha dejado a Chile fuera de la Copa del Mundo. Y de verdad que en esas lágrimas de hombres está el llanto contenido de un país entero que sabe, palpita, que como nunca se estuvo tan cerca de cambiar la historia.
Porque este Brasil que nos ha dejado fuera es un equipo muy mediocre, si no es el peor de todos los Mundiales, está muy cerca de serlo. Pero tuvieron la fortuna que no tuvo Chile.
Ese cachito de suerte tan esquivo, materializado en un palo del arco brasileño: que hizo primero que no entrara el de Pinilla, en el suplementario: en un arranque trasandino, con el equipo muy cansado, el delantero que había entrado por Vidal giró y sacó un zapatazo… Dio en el travesaño. Era el golpe de nocaut si entraba esa bocha, no quedaba más tiempo. Julio César se tiró y no llegó, pero tuvo ese golpe de suerte para zafar.
Después le tocó el turno a Jara. El defensor fue a pegarle al último peanl, nada menos. No le dio mal, sino que buscó potencia y colocación. Julio César adivinó el palo, el izquierdo, pero no llegaba. Tuvo suerte: la pelota dio en el poste y el festejo fue brasileño.
Injusta eliminación. Primero,. porque este equipo brasileño que es una cachetada a su propia historia no merecía seguir en carrera. Y segundo, porque el esfuerzo casi heroico de ese puñado de camisetas rojas -encabezadas por un gigantesco Gary Medel- no tenía que irse de Belo Horizonte sumido en esta tristeza.
Que es muy distinto a un buen partido. Porque no fue un buen partido, todo lo contrario, fueron 120 minutos de impresiciones y errores por uno y otro lado.
La mejor prueba son los dos goles: para mi, autogol de Jara (aunque la FIFA se lo haya dado a David Luiz), que fue con poca convicción a rechazar esa pelota. Y torpeza incalificable de Marcelo y Hulk para perder el balón en un saque de costado, permitiendo l avivada de Vargas y la buena definición de Alexis para establecer el empate.
Chile entró a proponerle un partido friccionado a Brasil y el local cayó en la trampa. Por lo mismo, desde un comienzo hubo mucho roce, mucho golpe y muy poco fútbol.
Por eso, los noventa minutos reglamentarios y los treinta de alargue transitaron entre algunos pocos que intentaban jugar y unos muchos que detenían el partido a base de faltas.
Pero, así, en ese concepto, Chile hizo su negocio. Con el agregado que tuvo la moral suficiente para dar vuelta un gol tempranero, llegar al empate y no achicarse nunca ante los antecedentes históricos de un equipo que quiso imponer su localía y terminó enmudecido y angustiado al ver que perfectamente podían quedar en el camino.
CON LA FRENTE MUY EN ALTO
Ambos equipos, pero especialmente Chile, llegaron al alargue y a la posterior definición por penales, casi por inercia. Medel no se pudo parar más y tuvo que pedir definitivamente el cambio, cuando el partido terminaba. Y por el otro lado, a Neymar hubo que recomponerlo entero para que apareciera por una sola vez su clase y anotara el penal de la victoria.
Brasil no merecía clasificar, lo reiteramos, pero hay que reconocer también que aquí no hubo ni influencia de la FIFA, ni mano negra, ni nada. Lo único que podría reprochársele al árbitro inglés es que no hizo repetir el penal que Julio Cesar le ataja a Alexis (el segundo de Chile), porque se adelantó claramente un par de metros. Pero, una pequeñez, al lado de un arbitraje sumamente imparcial, que tuvo incluso la personalidad para anular un gol de Brasil, por una pelota que Hulk acomodó entre brazo y pecho. En ese sentido, no hay nada que reprochar y que discutir.
Como tampoco se le puede reprochar absolutamente nada a este equipo chileno. Que llegó hasta donde llegamos siempre, es verdad, pero esta vez la manera de volver a casa es con la frente muy en alto y con la convicción de no haber sido superados por el local y que a pesar de lo mal que juega, sigue siendo el candidato número uno al titulo.
Que estuvimos poco finos en los penales (perdimos tres de cinco y sólo convirtieron Aránguiz y Diaz). Qué no se entiende el cambio de Gutiérrez por Eduardo Vargas. Qué era un partido para Jorge Valdivia. Qué se exigió a Medel más de la cuenta. Puede ser, son inquietudes e interrogantes válidas, pero que pierden importancia ante la suma de virtudes mostradas por este equipo chileno y que comienzan por ese espíritu y esa actitud mostrada en cada partido.
Jugadores como Vidal, Medel yAlexis insistieron siempre en el convencimiento que Chile iba a Brasil para ser campeón del mundo. Para muchos, ilusión desmedida y optimismo exagerado. Sin embargo, esta tarde demostraron que tenían derecho a soñar. Aunque el despertar haya sido con la tristeza de haber estado tan cerca. Como nunca, tan cerca.
SÍNTESIS
Estadio: Mineirao, de Belo Horizonte.
Brasil 1: Julio César; Daniel Alves, Thiago Silva, David Luiz, Marcelo; Paulinho, Fernandinho, Oscar; Hulk, Neymar y Fred.
Seleccionador: Luiz Felipe Scolari.
Chile 1: Claudio Bravo; Eugenio Mena, Gonzalo Jara, Francisco Silva, Mauricio Isla; Arturo Vidal, Marcelo Díaz, Charles Aránguiz; Gary Medel, Eduardo Vargas y Alexis Sánchez.
Seleccionador: Jorge Sampaoli.
Árbitro: Howard Webb (Inglaterra).
Goles: 19´autogol de Gonzalo Jara, 31´Alexis Sánchez
Penales
Brasil: David Luiz, Marcelo y Neymar convirtieron. William y Julk desviados
Chile: Aránguiz y Díaz conviertieron. Pinilla, Alexis Jarra fallaron.
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