Tras las derrotas experimentadas por Colo Colo y Universidad de Chile y la victoria conseguida por Palestino en Copa Libertadores, los técnicos de los tres equipos emitieron algunas declaraciones que, al menos, dan para reflexionar.
SANTIAGO.- Si hay un tipo al que estimo en demasía,ése es Héctor Tapia. Lo conozco desde que era casi un niño y junto a Frank Lobos y Manolito Neira iban a refugiarse a mi oficina en Cienfuegos 41, para escapar del acoso de las niñitas y no tan niñitas que llegaban en busca de un autógrafo y algo más. Ya en ese tiempo, cuando recién tenían 17 años, Tito me parecía el más centrado de los tres y por lo mismo no me extraña que su carrera haya transcurrido por carriles más exitosos que sus compañeros de aquella selección chilena de Japón.
Ahora, ya como técnico he visto que sigue por la línea de la mesura y la ponderación, que es tan imprescindible para triunfar en una de las profesiones más difíciles de todas.
Habitualmente, estoy plenamente de acuerdo con lo que expresa y especialmente por la forma como defiende a sus jugadores. En eso, es un Héctor Tapia auténtico.
Sin embargo, una vez terminado el partido que Colo Colo pierde en El Campín, dijo una frase que me provocó ruido y rechazo.
En efecto, al ser consultado porqué no comenzó jugando con Baeza, para darle más solidez defensiva al equipo (que llegó a dar pena en esa faceta), Tapia respondió: «Porque no me gusta traicionar la esencia de lo que es Colo Colo. Somos un equipo que siempre tiene que salir a proponer en cualquier cancha y por eso es que jugamos con un sólo volante de corte»
A ver, si nos remontamos a los años 60´, cuando en esa función de medio campo primero jugaban Jorge Toro y Mario Ortiz y después Enrique Hormazábal y Walter Jiménez, se la compro. Lo mismo con «Chamaco» Valdés y el «Loco» Paéz en los setenta.
Pero luego, en los años más cercanos y tomando como referencia a los dos equipos más exitosos internacionalmente de Colo Colo, tenemos el 91, con un medio campo de mucho trabajo y marca, integrado por Eduardo Vilches, Jaime Pizarro y Rubén Espinoza y en el 2006, estaban como hombres claves, Arturo Sanhueza y el «Kalule» Meléndez.
¿Alguién puede decir que, a pesar de aquello, Mirko Jozic y Claudio Borghi no eran dos entrenadores que «proponían»?
Además, en la actualidad, ahora mismo en esta semana, Barcelona salió a jugar ante Manchester City con el croata Iván Rakitic y el español Sergio Busquet. Cualqiera que haya visto ese partido puede decir que el Barcelona, por jugar con dos volantes de corte, no «propuso ante el equipo de Pellegrini?
Podríamos seguir con el Real Madrid, el Bayern Munich, las selecciones de Alemania y Argentina que jugaron la final de la Copa del Mundo, en fin ejemplos hay por montones de equipos que son tanto o más ofensivos que aquellos que optan por jugar con tres puntas netos.
Por lo mismo, no entiendo lo que quiso decir Tito Tapia y quiero creer que se confundió en los conceptos. O lo que es peor, en el planteamiento del partido. Porque con esa defensa, si sale a «proponer» en cualquier cancha, a lo mejor lo logra. Pero a costa de cosechar derrotas y dolores de cabeza.
Resumiendo y esta es una opinión muy personal: Mientras Barroso no vuelva a su verdadero nivel, Colo Colo no puede prescindir de la dupla Baeza – Pavez. Si es que quiere pelear el campeonato y clasificar en la Copa Libertadores.
GUEDE, EL «INTELIGENTE»
Hicimos un partido «inteligente», dijo Pablo Guede al referirse a la victoria en Zamora. Y tiene toda la razón. Pero, además agregó: «Si no hubiéramos ganado, me matan». Y también es cierto.
Porque, para hacer un «partido inteligente», recurrió a un medio campo ordenadito, con mucha marca, entrega y sacrificio. Un acierto el haber incluido en ese sector de la cancha a Rosende, Márquez, Carvajal, Silva y Morales, porque ahí le cortó todos los hilos al elenco venezolano.
Pero, eso perfectamente pudo haberlo hecho sin bajar del avión a Valencia, Valenzuela y Riquelme (aceptando que este último podría haber estado lesionado).
Tomo como base las propias palabras de Guede y del Presidente del club, quienes aseguran que de manera alguna hubo sanción disciplinaria, ni nada parecido. Sólo decisión técnica.
Si fue así, ¿porqué no los llevó ni siquiera a la banca? ¿No eran acaso eventuales soluciones si el partido se complicaba, por ejemplo, en caso de que el marcador lo hubiera abierto el conjunto venezolano y no Palestino?
Es una especulación, es cierto y la realidad le dio plenamente la razón al entrenador árabe. Pero el riesgo que corrió era muy grande. Especialmente porque le tocó el grupo más abordable de todos los equipos chilenos.
Por ahora, las cartas están jugadas en su favor y ojala lo sigan estando. Pero, cuidado, que con estas determinaciones o con asegurar que la Copa Libertadores no le importa para nada y hasta podría jugarla con juveniles, lo único que hace es meterle ruido innecesariamente a un plantel joven y con un techo tan alto, que no se si en este torneo le dará para llegar muy lejos.
Pero, si mantiene a esta misma gente y no se confunden entre ellos mismos, de clasificar a la Copa Sudamericana, cuidado con Palestino. Porque en ese campeonato sí que podría ser gran candidato.
LASARTE Y SUS REFUERZOS
Se enojó Martín Lasarte cuando le preguntaron si acaso no hubiera sido mejor entrar jugando con el Seba Martínez en lugar de Maxi Rodríguez, para darle más protección a su bloque defensivo.
No era para molestar, por el contrario, a mí me pareció una pregunta perfectamente válida.
Sólo falto que respondiera, al igual que Tapia, que «salimos a proponer». Aunque algo de eso dijo, cuando expresó que «tuvimos las mejores oportunidades de gol y la derrota obedece a errores puntuales nuestros, en que nos pillaron mal parados»
La pregunta es si lo hubieran pillado igualmente mal parado con Sebastián Martínez en la cancha. Tal vez habrían «propuesto» menos, pero el resultado pudo ser mejor.
Especialmente, porque Martínez es uno de los pocos que ha mantenido su nivel en Universidad de Chile y está jugando a la misma altura que lo hizo en el Apertura del año pasado.
Claramente no se puede decir lo mismo de Johhny Herrera, Osvaldo González, Pepe Rojas y Gonzalo Espinoza, entre otros, que están lejísimo de lo que fue un rendimiento altísimo en el equipo campeón de Universidad de Chile.
A Lasarte, al parecer, no le gusta que le refrieguen que una de las causas del opaco rendimiento de esta «U» 2015 es que los refuerzos no han dado el ancho.
Y especialmente el uruguayo Maxi Rodríguez, que fue el foco de la consulta del reportero.
Pasa un poco lo mismo, en este caso, con lo que sucede con Humberto Suazo en Colo Colo.
Fueron traídos como grandes precios y grandes soluciones y hasta ahora no lo han sido. Eso es indefendible, porque es una realidad manifiesta.
Todavía tiene ambos la posibilidad de revertir esta mala impresión inicial, es cierto y ojalá así sea. Pero hasta acá, claramente no han sido un aporte.
Como en realidad, en Universidad de Chile no lo ha sido ninguno de los refuerzos.Leandro Benegas, entre otras cosas, porque ha jugado muy poco. Y ni hablar de Miguel Jiménez, que no ha jugado nunca, ni siquiera en el peor momento de Herrera.
Reitero que «hasta ahora», la «U» no le apunto con los refuerzos. Entre los tres han aportado menos que lo que aportaba el Pato Rubio. Por ahí pasa una de las grandes explicaciones de esta Universidad de Chile que está cerca de cerrar la table en el Campeonato Nacional y a la espera casi de un milagro para clasificar en Copa Libertadores.
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