Debo señalar que, si es por simpatías personales, lo ideal en mi caso habría sido un empate. Por Héctor Tapia tengo un afecto especial, puesto que lo conozco desde que prácticamente era un niño. Y creo que con Martín Lasarte se ha cometido una tremenda injusticia por parte del periodismo deportivo chileno, ya que es uno de los mejores entrenadores extranjeros que ha llegado últimamente a Chile. Y como persona, lejos el mejor. Con Universidad Católica hizo dos tremendas campañas, que lamentablemente para él no se coronaron con el título. Pero, su Católica, por ejemplo, jugaba mucho mejor que la de Salas y la respuesta ha sido muy distinta, en lo que a elogios se refiere. Y ahora, con la «U» en poco tiempo la sacó del pozo y la llevó al título de campeón. Después, en parte por sus propios problemas físicos, los resultados no han sido favorables. Eso es indiscutiblemente.
Y hoy, Tapia y Lasarte estuvieron frente a frente. Con un claro ganador, el entrenador de Colo Colo
¿Por qué?
Vamos viendo.
De entrada, partió ganando Martín Lasarte. Porque ambos hicieron un cambio de último minuto y en tanto que al de la «U» le resultó, al albo le falló por completo.
Paulo Magalhaes, que ingresó por Cristián Cuevas, fue el mejor de la defensa de Universidad de Chile. Aportó marca por su costado y salvo una vez que al final del primer tiempo, apareció Fierro por sorpresa, ese lateral fue clausurado.
Luis Pedro Figueroa, en cambio, no fue un aporte. Mucho empeño, pero ningún desborde. Mucho intento de colaboración en el medio campo, pero sin ninguna productividad para el equipo
TAPIA HIZO JUGAR EL PARTIDO POR EL OTRO LADO
Pese a lo anterior, rápidamente Héctor Tapia asumió el protagonismo y determinó que su equipo cargara el juego por la izquierda.
En ese aspecto, sorprendió con Humberto Suazo tirado hacia al izquierda. Porque así Felipe Flores seguía a Corujo cuando se adelantaba y al recuperar la pelota Colo Colo. la pelota de inmediato llegaba hacía el espacio vacío. Y por ahí picaba el «Chupete», creándole un problema insoluble a la defensa azul.
De hecho, la primera gran contención – entre tantas que tuvo Hererra– fue un taponazo de Suazo, que entró libre por la izquierda para recibir un pelotazo cruzado de Fierro.
No reaccionó ante esta situación Lasarte, confiado tal vez en que el marcador le favorecía. Pero ese era un accidente del partido. Tanto como lo fue el gol de la «U», ya que el remate de Ubilla, de no haberse desviado en Vilches, seguramente hubiera sido contenido por Villar.
En resumen, al término del primer tiempo, el 1-0 no se ajustaba para nada a lo que era el partido.
LA JUGADA MAESTRA: EL INGRESO DE DELGADO
Consciente que si por alguna parte podía ganar el partido, ese era la banda derecha de la defensa de Universidad de Chile, Héctor Tapia remendó el error inicial e hizo salir a Fuenzalida para que ingresara Juan Delgado.
Maniobra determinante, porque Colo Colo cargó la cancha hacia el área azul, lo empató con un gol de Paredes y pudo aumentar de inmediato, cuando Herrera tapó con la cara otro remate sin marca del goleador albo.
Y Corujo ya dejó de subir, porque ahora tenía siempre la amenaza de Delgado, a quien tampoco podía contener.
Es decir, un problema mayúsculo y sin solución.
Aparte, comenzaba a aparecer en todo su esplendor el «Pajarito» Valdés, pasando la pelota a ser propiedad absoluta de Colo Colo.
No le quedó otra cosa que reaccionar a Lasarte y sacó de la cancha a Maxi Rodríguez, que no aportó absolutamente nada y fue un grave error incluirlo de titular, porque ni siquiera mostró sangre para jugar un Clásico.
Con el ingreso del Seba Martínez, algo mejoró Universidad de Chile, pero sin embargo sus mejores momentos los vivió después, cuando Leandro Benegas fue a la cancha.
¿POR QUÉ NO ES TITULAR BENEGAS?
Podría argumentarse que haber puesto en los minutos finales al ex calerano, fue un acierto de Lasarte. Pero, por el contrario, es su principal error, que le cuesta el partido.
Porque Benegas tendría que haber entrado mucho antes, por lo menos al comenzar el segundo tiempo. Hoy, debido a las condiciones físicas de ambos, el moreno delantero es más que Gustavo Canales y lo probó en los escasos minutos que estuvo en cancha.
Fue el único rato en que la defensa de Colo Colo se vio aproblemada, por lo demás. Pero quedaba tan poco de partido.
EL GOLPE DE GRACIA
En cambio, Tito Tapia hizo las movidas en el momento justo. Comenzó a perder la pelota en medio campo y puso a Claudio Baeza. Necesitaba darle compañía a Paredes y puso a Emiliano Vecchio, en una clara señal de que buscaba el triunfo.
Y se le dio, porque los dos hombres que entraron de refresco fueron solución para los minutos finales.
Por lo mismo, cuando Esteban Paredes, con una clase singular, derrotó a Herrera desde los doce pasos, dando una salto pletórico de júbilo.
Fue como una señal: porque hoy, definitivamente dio el salto que le faltaba para recibirse de Gran Entrenador. Y ojo, que recién está empezando su carrera.
por Gerardo Ayala Pizarro
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