En un partidazo lleno de emociones, Everton le empataba al Cacique y lo bajaba del liderato, pero en el último minuto de los descuentos apareció el peruano para anotar el gol del triunfo con un tiro cruzado que le devolvió el alma al cuerpo a los albos que dieron un gran paso para el título.
SANTIAGO.- Hace mucho tiempo que Colo Colo no vivía una jornada como la de hoy. De esos partidos épicos que han ido construyendo la historia grande del Cacique, que cuando todo está en contra, con su empuje y coraje logra revertir un marcador que ya parecía sentenciado.
Esta media tarde en Viña seguramente será inolvidable. Porque en la cancha del Sausalito, los albos veían como se les escapaba el título del torneo Nacional y más aún, la caída de los albos era celebrada en el norte por los iquiqueños, pero por sobre todo por el archirrival, la «U», que con ese resultado quedaban como exclusivos punteros y con grandes expectativas de campeonar. Por eso el mérito del gol del «canchita» González en el último minuto del partido debe haber sido uno de los goles más gritado de los últimos tiempos.
PARTIDO LLENO DE EMOCIONES
La intensa lluvia que caía desde la madrugada en Viña daba un escenario complicado con una cancha mojadísima que de seguro sería un escollo importante para los jugadores. Pero a pesar de eso, ambos equipos se entregaron completamente por conseguir el triunfo y eso trajo consigo un partido muy entretenido y lleno de emociones.
Para Colo Colo parecía que la cosa sería más fácil, especialmente porque abrió la cuenta a loa 13 minutos con un golazo de Paredes que recibió de espaldas dentro del área y con una sorpresiva media vuelta venció por primera vez a Lobos.
De ahí en adelante en la primera etapa, Colo Colo tenía controlado totalmente el partido, pero cuando ya se jugaba el último minuto, una falta innecesaria a unos 25 metros de distancia, le permitió a Franco Ragusa anotar el 1 a 1 con un soberbio remate de tiro libre que metió en un ángulo imposible para Álvaro Salazar.
Eso fue un balde de agua muy fría y sin duda descolocó totalmente a Colo Colo, que le costó volver a meterse en el partido. Eso fue muy bien aprovechado por Everton, que en la segunda etapa fue a ratos superior y tuvo más de una ocasión para alargar la cuenta. Sin embargo, fue en ese momento que apareció la enorme figura del joven portero Salazar, que tuvo un par de tapadas notables, sobre toda una en un mano a mano ante Becerra al que le salió a achicar de manera notable y luego mandando al córner en segunda instancia. Como se decía antes, esa puede ser la tapada de un campeonato.
Con esa realidad, Colo Colo ya había perdido la brújula y se veía casi imposible que pudiera cambiar la historia. Pero el partido tenía preparado muchas sorpresas aún.
La primera vino de los pies de Ramón Fernández (uno que seguramente se ganó la vuelta a la titularidad). Minuto 85 y de manera casi calcada al gol de Ragusa, el volante argentino le pegó de manera perfecta para meterla en un ángulo y desatar la alegría colocolina, que sentía que ese agónico gol era sinónimo de triunfo.
Pero la cosa no había terminado, porque en los descuentos, Everton lo empató tras un centro desde la izquierda de Dillan Zúñiga que fue pivoteado en el primer palo para la aparición de Becerra por el palo contrario para que anotara de cabeza y pusiera un empate que fue celebrado por los evertonianos (y por lo de la “U” e Iquique) como un gol de campeonato.
Y daba la impresión que la historia sería escrita así, pero con el último aliento, Pajarito Valdés alargó por la izquierda para que Christian González apareciera con algo de espacio y sacara un remate furibundo que se anidó en el fondo de las mallas anotando el gol más importante en su carrera –como el mismo jugador reconoció una vez terminado el partido – y seguramente el gol más importante de Colo Colo en este campeonato.
Un triunfo lleno de emoción y que tuvo esa carga histórica que ha hecho tan grande a Colo Colo. Un triunfo que los mantiene puntero a sólo dos fechas para el final, dos fechas que seguramente se jugarán con la misma intensidad y emoción que esta victoria conseguida en la agonía por un peruano que hoy tuvo su propio momento de historia.
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