El ex técnico del Cacique entrega detalles de su salida del club popular. Apunta a Espina y a Mayne Nicholls.
Gualberto Jara está dolido con Colo Colo. No esperaba que su salida del primer equipo albo le costara, también, la pérdida de su puesto en las divisiones menores del Cacique. Asegura que había un compromiso de la dirigencia en el sentido de conservarle, al menos, ese empleo. Una propuesta que no se cumplió y que hoy lo tiene sentido.
“No diría traicionado, pero sí defraudado. No lo esperaba y menos en la forma, porque en un momento difícil para el club tomé un fierro caliente, empezamos con mucho entusiasmo, con mucha ilusión hasta que llegamos al parón (por el coronavirus) en las que se producen varias situaciones negativas, conflictos, que nos llevan a iniciar mal el reinicio del Campeonato Nacional”, se sincera en una entrevista con la radio Futuro.
El estratega paraguayo agrega otro antecedente: su salida del club se produjo en plena convalecencia. “Luego me bajan de nuevo a las divisiones menores con la promesa que volvía al cargo, que todo seguía igual para el próximo año, inclusive aprovecho ese tiempo en donde no hay competencias en categorías menores para efectuarme una operación y en plena licencia y reposo me dicen que estoy despedido, que no se me renueva contrato”, denuncia.
El entrenador da nombres. “Yo tuve la promesa de mucha gente, en especial de Marcelo Espina, de Harold y, de forma general del directorio, de que vuelvo a mi puesto de trabajo. Incluso me dicen que con tranquilidad me tome un par de semanas para que me desenchufe un poco por todo lo que pasamos esas semanas, para luego volver. Volvimos a entrenar dos o tres semanas, para luego someterme a esta operación y luego me entero por la prensa, hasta que Harold me comunica de manera oficial esta decisión”, añade.
En la búsqueda de razones para el complejo momento deportivo que vive el Cacique, se remonta al conflicto de mediados de año. “Pasamos a tener problemas de relación entre jugadores y directorio. Ahí se produce un corte muy violento, muy áspero y que nunca más se volvió a recuperar. No podíamos planificar, no podíamos tener un relacionamiento con los jugadores para controlar, desarrollar una preparación a distancia”, detalla. Igualmente, confía en que la jerarquía de los jugadores albos les permita salvar la categoría.
/LaTercera
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