El Almirante mostró una parte no conocida de su carrera, la de sus difíciles comienzos en el fútbol trasandino. Por lo mismo, a días de la posible consagración con Colo Colo, vive el momento con la misma madurez y tranquilidad con la que juega en la cancha.
Rocío Ayala
rayala@todofutbol.cl
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SANTIAGO.- Reconoce que anoche estuvo pegado al televisor y sufrió con la eliminación de O´Higgins en Copa Libertadores: “Siento un gran cariño por ese club, por esa gente y por la ciudad. Tengo muchos amigos dentro del plantel y comparto con ellos la frustración que deben haber sentido, por la forma como se les fue la clasificación. Sin embargo, me quedo con una frase que dijo Uglesich: “no tenemos nada que reprocharnos, porque lo entregamos todo y por lo mismo nos vamos de la Copa con la cabez en alto”. Tal cual, en un grupo que era dificilísimo, O´Higgins luchó por su opción hasta el último minuto y no clasificó sólo por esas injusticias que a veces tiene el fútbol. A la distncia, para ellos, mi respeto y mi reconocimiento por la gran campaña que hicieron”.
Es Julio Barroso, campeón hace pocos meses con O´Higgins y ahora, a punto de consagrarse nuevamente con Colo Colo. En un torneo que él mismo reconoce no tiene comparación con el anterior: “Efectivamente, en el Apertura estuvimos peleando punto a punto hasta el último partido y hubo un momento, cuando perdíamos en Talca, que parecía que hasta ahí no más llegaban nuestros sueños. Después, vino la definición con Católica y fuimos campeones, casi como en un acto de justicia por el título que no pudimos obtener con Universidad de Chile y que todos saben porqué se nos fue de las manos. Ahora, obviamente l situación es distinta, llevamos un ventaja apreciable en puntos y nos basta con ganar uno de los tres partidos que nos quedan por delante para ser campeones. Por lo mismo, la previa la estamos disfrutando, porque está muy cerca lo que al comienzo parecía muy lejano”.
Rápidamente – y para que no se preste para malas interpretaciones- el baluarte de la defensa alba se apresura en aclarar que “de ninguna manera, lo anterior significa que estemos confiados, relajados y demos por ganado el partido con Wanderers. Eso sería una tremenda falta de respeto para un adversario que sabemos vendrá al Monumental con toda la intención de no ser el pato de la boda. Aparte que ellos también necsitan los puntos para estar definitivamente tranquilos y por lo mismo no querrán irse con lasmanos vacías. El que piensa que v a ser un trámite para dar la vuelta olímpica se equivoca rotundamente, va ser muy difícil y nos obligará estar concentrados durante los noventa minutos”.
Por lo mismo, por lo complicado que podría resultar el partido del domingo, Barroso asegura que este trabajo de la seman se ha tomado con la misma intensidad y seriedad de costumbre: “Por supuesto, nos estamos preparando a full para que no quede nada al azar y nadie nos pueda reprochar que no fuimos campeones por celebrar anticipadamente. Incluso más, podría asegurarles que hasta hoy todo ha sido con absoluta normalidad, como esperando un partido más del campeonato. Seguramente, a medida que se acerque el día del partido va a acrecentarse la ansiedad y cada uno va a vivir la espera de manera distinta, pero sin apartarnos del norte y con la convicción que todo depende exclusivamente de nosotros”
Dicho esto último, alguien le hace ver que incluso podrían ser campeones el sábado, en el evento que Antofagasta le quite puntos a U. Católica. Y Barroso se apresura en responder: “Para nosotros, ese es un detalle que no tomamos en cuenta. En Colo Colo nadie se preocupa de los demás equipos y nos pasamos diciendo ojalá que pierdan, para así poder descontarle puntos, o en este caso para ser campeones anticipadamente. Reconozco que esa actitud de algunos compañeros de profesión me ha molestado bastante, porque están siempre mirando a Colo Colo, buscándonos defectos o debilidades. Tal vez, por lo mismo, es que no se han mirado hacia adentro y han corregido los errores propios que les han impedido ser campeones. Aclaro que no me refiero a Johnny Herrera por lo que dijo el domingo, sino a los componentes de otro equipo que ha estado peleando el campeonato y donde todo su discurso de cada semana era, ojalá que pierda Colo Colo. Para mala suerte de ellos, casi nunca les dimos en el gusto”
EL LADO DESCONOCIDO DEL ALMIRANTE
Julio Barroso está ad portas de ganar su tercer campeonato. Ya fue campeón con O´Higgins e integró en Argentina un plantel campeon de Boca Juniors. Ante la referencia, El Almirante muestra un lado y asoman recuerdos que no se conocían: “Es muy distinto y no puedo comparar. Uno es campeón cuando está en la cancha, jugando regularmente y no por figurar en una lista que queda en los registros del club. En mi caso con Boca fue así y ese campeonato prácticamente no lo sumo a mis buenos recuerdos. Aparte que en Argentina, en mis inicios sufrí mucho y conocí la peor cara del fútbol. Porque estuve disputando el descenso con Racing, porque a veces pasé varios meses sin cobrar el sueldo y porque tuve que soportar la peor humillación para un jugador, que es ser “apretado” por las barras bravas. Sufrí mucho en ese tiempo y lo único positivo es que me sirvió para madurar rápidamenhte. Por lo mismo, de verdad y no es para consagrame con nadie o para justificar el que una vez dije que me gustaría nacionalizarme y jugar por Chile, pero la verdad es que yo soy tremendamente agradecido de este país. Recién acá super lo que era ser feliz jugando fútbol, desde mi llegada a Chillán, a mi paso por Rancagüa y ahora en Colo Colo”.
Un Colo Colo, en el que el Almirante sabe el peso que tiene: “Cuando me ofrecieron venir acá lo pensé bastante, porque estaba bien en O´Higgins y había una Copa Libertadores de por medio. Pero, tenía la convicción de que podía ser un aporte y por esa desafío acepte integrarme al equipo. Nunca pensé, en todo caso, que Tito Tapia en cuanto habló conmigo me iba a decir: necesito que jueges ya, este domingo. Imaginense, ni siquiera había entrenado con mis compañeros, a la mayoría los conocía sólo de vista, perto cuando el entrenador te hace sentirte importante, no le puedes fallar. Y jugué de inmediato – incluso me tuve que casar entre semana- y hasta el día de hoy, salvo cuando me tocó slir por lesión ante la U de Conce, he estado siempre en la cancha. Por lo mismo, cuando leo o escucho que algunos jugadores históricos de Colo Colo, la prensa y la hinchada señaln que he sido un real refuerzo para el plantel, pienso que hice lo que tenía que hacer y merezco, como todos mis compañeros, estar pasando por este momento tan dulce. Porque nadie nos ha regalado nada y pongo un claro ejemplo: Héctor Tapia y Miguel Riffo. Ellos son jóvenes y podrían haberse agrandado con los elogios que han recibido. Pero es todo lo contrario, ya que trabajan más que antes y más que todos nosotros. Porque almuerzan acá y se quedan en el club hasta bien tarde, preocupándose de todos los detalles, en contacto permanente con cada jugador, especialmente con los que han tenido menos minutos en cancha. A ellos dos, en gran parte, se debe este ambiente incomparable que se vive en elcamarín de Colo Colo”.
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