En un partido para dormirse, azules y albos repartieron puntos en el superclásico chileno que dejó mucho que desear y que no pasará a la historia para nada.
De Superclásico, nada. De pasión, nada. De amor por la camiseta, nada…ese sería el mejor análisis de un pobre partido que protagonizaron Universidad de Chile, en el duelo más clásico del fútbol chileno, que fue más bien una invitación a dormir la siesta que a disfrutar de la pasión de un partido venido a menos hace mucho tiempo.
El partido fue discreto de principio a fin, de hecho hacer un resumen futbolístico es casi una hazaña, incluso lo más probable es que la única clara fue una jugada en el segundo tiempo, tras un centro de la izquierda del ataque de la U, que Luciano Pons, apareciendo por el medio, llegó un milímetro tarde y por poco no alcanzó conectar cuando el gol era inminente.
EL REGRESO DE LOS GRANDES
Aparte de eso, poquísimo más que contar, sin olvidar que quizás lo más relevante es que en el segundo tiempo ingresó en la «U» Charles Aranguiz, mientras que en los albos fue titular Mauricio Isla, marcando la presencia de regreso de ambas figuras de la Generación Dorada a las canchas nacionales.
En el final, solo se puede señalar que el clásico tuvo mucho cartel o expectativas para lo que se vio finalmente en la cancha. Y no se trata de que los partidos así son trabados y luchados a muerte, porque eso tampoco se vio. Lo que se lamenta es que ambas escuadras además están peleando por el título y hoy primó más la cobardía que las ganas de marcar diferencias.
Para Colo Colo, quizás le queda un gusto más dulce por sumar un punto y quedar con buen pie para el duelo ante el Junior de Colombia, por los octavos de final de Copa Libertadores, seguramente un partido que los albos consideraron más importante que este duelo que de clásico, solo tuvo el aburrimiento al que nos están acostumbrando.
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