El volante de la U, jugó ante Unión Española su mejor partido desde que llegó a la tienda azul. Un espaldarazo para el Superclásico
Marcelo Cañete (31) tuvo una larga entrevista con El Deportivo. Resumimos lo más importante a continuación:
¿Por qué elige a la U?
Porque fueron los que más me acompañaron desde el periodo que se pusieron en contacto conmigo. Fueron los que siempre estuvieron hablándome. También fueron los que me hicieron la propuesta más atractiva.
¿Cuándo comienza a tener contacto con la U?
Siete meses, más o menos. Fue en el periodo en el que hicimos la otra entrevista, por ahí. Al inicio de la pandemia…
¿Esas conversaciones no le hicieron perder el foco en Cobresal?
No, al contrario. Terminamos bien en Cobresal. Clasificamos a la Sudamericana, ganamos el último partido. En lo personal, tuve varias asistencias. Siempre me mantuve tranquilo, porque sabía que estaba representando a Cobresal de la mejor manera.
Se cuestionó bastante que usted justo se perdiera el duelo con la U, por acumulación de amarillas, en plenas negociaciones…
Sí, pero se dio así. No es que anduviera pensando en eso, al contrario. Me llegaron comentarios de lo que dices, pero lo único que quería era estar en cancha. Más en esos partidos, para poder mostrarme, para ayudar al equipo. No está nada de bueno ver esos partidos desde el sofá.
¿Tuvo ofertas también de Colo Colo?
Concretas, no. Supuestamente, hubo contactos, pero nada concreto.
¿Puso dinero para llegar a la U?
Sí, hubo algunas cosas en las que tuve que hacer un esfuerzo. Pero cuando uno tiene el deseo de poder agarrar otros desafíos más importantes y llegar a un club como la U, uno está dispuesto a hacer esos esfuerzos económicos.
¿Cuáles son sus objetivos como jugador azul?
Poder conquistar títulos, salir campeón con esta camiseta, entrar en la historia del club. Me gustaría ser ídolo en un club grande. Ojalá poderlo cumplir.
¿Y dar el salto a otro grande de Sudamérica?
Sí, obvio. Seguir creciendo en mi carrera, intentar llegar a la selección paraguaya, que es uno de mis objetivos. O dar un salto para otros lugares, que sean buena vidriera.
¿Pesa la 10 de la U?
No, la verdad que no. Es una responsabilidad muy grande, porque es un club grande, porque tiene mucha historia, porque han pasado muchos jugadores importantes que dejaron su huella. Es importantísima la 10, pero me siento preparado para poder representarla, para poder llevarla. Haré todo lo posible para devolverle toda la confianza al club que la depositó en mí.
¿Le pesan más las comparaciones con Montillo?
Yo me lo tomo muy tranquilo. Sé lo que significa Walter para la institución, para los hinchas, por todo lo que logró con esta camiseta. Simplemente, tengo admiración hacia él. Hoy me toca estar a mí, usando la misma camiseta, el mismo número. Es mi momento y espero estar a la altura como lo estuvo él.
¿Pero asume que será una carga que le perseguirá?
No, no sé. Y si la sacan, no me va a afectar, no me hará daño emocional ni nada. Sé lo que soy, sé lo que puedo dar y no siempre uno entra al campo y entrega el resultado que uno quiere. Uno a veces se mata entrenando y simplemente los resultados no se dan. Uno tiene que tener paciencia, equilibrio emocional, estabilidad. No me voy a volver loco tampoco. Recién llegué al club, tengo tres años de contrato y voy a dar el máximo día a día.
¿Siente la presión de pasar de Cobresal a la U?
No sé si una presión, pero sí una exigencia. Obviamente, no es lo mismo. Acá estás obligado a ganar todos los partidos, de local y visitante. Y los objetivos son otros. A la hora de trabajar eso influye, porque no es fácil lograrlo. Todos los días es un desafío, una exigencia grande.
¿Está conforme con lo que ha entregado?
Hay mucho que mejorar. Estamos agarrando la idea, conociendo a los compañeros. El primer partido con San Lorenzo nos sentimos mejor, es verdad. Después tuve Covid y me costó bastante. Pero tenemos buenos jugadores en todas las líneas, tenemos recambio y a medida que vayan pasando los partidos esperamos seguir mejorando. Es la idea un poco de ir avanzando progresivamente.
En la U lo marcan de otra manera, no le dan las libertades que tenía en Cobresal…
Sí, eso también se tiene en cuenta. Todos los equipos contra la U salen a achicar los espacios, a jugarse la vida. Es normal contra equipos grandes. Uno lo tiene presente, lo tiene que trabajar todos los días para ver la forma en la que puede hacer la diferencia.
En Cobresal también todos jugaban para usted. ¿Le acomoda el juego de la U?
Sí, pero porque me lo gané. Me gané la confianza de mis compañeros, de mi entrenador. Confiaban mucho en lo que yo podía llegar a hacer en el campo. Hoy, tengo que lograr eso con mis compañeros de la U. Me tengo que ganar esa confianza, que se sientan cómodos jugando conmigo, que podamos conectar de la mejor manera y todo el mundo pueda elevar el nivel.
¿Dudamel le da libertades para hacer su juego?
Sí, mucha libertad. Me dice que me haga dueño de la pelota, que maneje los tiempos, que todo el juego debe pasar por mí. Eso a uno lo deja tranquilo, con mucha confianza. Ahí depende de uno mismo buscar el mejor momento individual. Poder potenciar a los compañeros. Estoy súper agradecido del profe y de mis compañeros.
¿Lee las críticas en las redes sociales y en la prensa?
No, porque aprendí de chico, de compañeros, que hay que estar ajeno a eso. Sí hay momentos que veo, que me mandan cosas, pero no me afecta mucho.
¿Afecta la presión constante que existe sobre Dudamel?
No, estamos todos preparados, todos enfocados. Todos trabajamos de la mejor manera. Todos los entrenamientos son duros, son intensos. A veces, los resultados no se dan como uno quiere, pero hay que seguir trabajando de buena manera, enfocados. Falta mucho por recorrer, no hay que volverse locos. Hay que seguir mejorando, siendo protagonistas, buscando la mejor versión. Es torneo largo.
¿Desenfoca la venta del club?
No, porque no sabemos quiénes son. No tenemos idea de nada. Estamos muy ajenos del asunto. Prácticamente, no se habla de eso.
¿En qué cambió el Cañete que jugó en la UC, Sao Paulo y ahora la U?
Once años.
En once años tiene otra cabeza…
Sí, obviamente. Uno va creciendo como atleta, como jugador. Uno va aprendiendo cosas. Hoy me siento mucho más maduro, tengo otra visión de juego, con mucha más edad. Siento que tengo mayor comprensión del juego, según lo que uno va aprendiendo y va recorriendo en esta carrera. Me siento más capaz, con más experiencia.
¿Los errores de indisciplina no se repetirán en la U?
Uno trabaja para eso. Volver a tropezarse con la misma piedra sería una estupidez. No estamos para perder el tiempo. Todo lo que he aprendido intento trabajarlo día a día para poder plasmarlo en el campo.
Se tuvo que dar la vuelta larga para volver a un grande…
Sí, no encontraba mi fútbol. Por diferentes situaciones, por lesiones, por no enfocarme al 100%. Fue por muchas cosas, pero no es excusa. Sabía que las condiciones las tenía, pero necesitaba algo más. Tuve la oportunidad de demostrarlo el torneo pasado con Cobresal y por eso quiero estar en un club grande. Lo tomo como un premio y lo voy a disfrutar al máximo.
¿Algún episodio en su vida lo hizo reenfocarse?
El tema de la familia es importantísimo, en todo momento. Eso es indiscutible. Pero el hecho de cómo era posible no poder encontrarme conmigo, no poder competir cosas importantes con una camiseta importante, siendo que sabía que tenía las condiciones. Por algo era, algo pasaba. No me lo creía: de salir de un club tan importante como Boca Juniors pasé a clubes que por ahí era mucha la diferencia… Pensaba: ‘¿cómo estuve jugando en Boca y ahora acá?’. No podía ser, tenía que tener un poco de amor propio. Ahí empecé a trabajar diferente, a enfocarme más. En Cobresal se dio la posibilidad perfecta.
¿Qué le dio Cobresal para relanzar su carrera?
Todos sabemos que está en una ciudad que te obliga a enfocarte en lo que haces. Y así se dio.
¿No le da miedo desenfocarse en Santiago?
No, porque ya aprendí mucho. Ya eso no puede volver a pasar. Sería un estúpido si pasa eso. No tengo miedo. Estoy más tranquilo. Sé cuándo sí y cuándo no.
En Cobresal jugó casi todos los partidos. ¿Cambió también la alimentación?
Sí, bastante. Me cuidaba bastante, entrenaba de otra forma. Hacía mucho trabajo de precisión, de fortalecimiento. El enfoque era diferente. No te miento que en ciertos momentos tuve molestias o dolores, pero eso es normal en un jugador. Pero sí se soportaba, sí se podía trabajar.
¿Le pegó fuerte el Covid?
No tanto, los primeros días, sí. Dolores musculares, un poco de fiebre, tos, dolor de garganta. Después del tercer día ya no tenía esos dolores, esos síntomas. Pero no tenía ganas de hacer nada, me sentía débil.
¿Perdió masa muscular?
Sí, perdí peso y masa muscular. Perdí bastante, estaba muy flaco. Lo sentí en esta vuelta: el cansancio en las piernas. Los partidos no es lo mismo que los entrenamientos. Aunque entrenamos bastante duro y exigente, en los partidos se demandan mucha más cosas. Me pasó la cuenta un poco.
¿Se han relajado con los protocolos Covid?
No, no. Siempre mantuvimos. No es fácil. Uno trata de prevenir en todo momento. El tema es que no sabes en qué momento te puede agarrar. Nosotros nos cuidamos, llegamos al club media hora antes, nos cambiamos, nos vamos a entrenar y nos vamos sin ducharnos a nuestras casas. Y lo seguimos haciendo. El tema es que uno no es ajeno. Como somos un plantel, entrenamos todos juntos y en algún momento compartes roce, o algo… Lamentablemente, nos tocó y nos perjudicó.
¿Usted participó en la reunión de Dudamel en su hogar?
Sí, participé. Fue asunto de trabajo, fue breve.
¿Tomaron los resguardos necesarios?
Sí, con todos los resguardos, con todo. Pero como es la U, sale todo. Se filtran muchas cosas que no son verdades. Ahora, eso duele. Hay que saber convivir con eso.
Pero hasta Dudamel ofrece disculpas. Hay una falta…
Sí, pero bueno. Igual, no lo veo tan mal, porque nos podríamos haber juntado en el CDA y es lo mismo. Por comodidad fuimos a la propiedad del entrenador, pero fue por un asunto de trabajo. Te das cuenta de lo que pasa en los clubes grandes y hay que tener más cautela.
/LaTercera
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