Cádiz y Athletic dejan escapar la opción de sumar tres puntos en un partido en el que al final mandó el miedo a perder
Cádiz y Athletic dejan marchar una jornada especial. Los dos equipos habrían arrancado premio en la clasificación de conseguir una victoria, pero la oportunidad se esfumó. No hubo el ‘feeling’ deseado por ninguna de las partes para romper un empate a cero que el Athletic sólo había cosechado una vez más, en la salida frente al Mallorca. Rayo y Real fueron los otros equipos con los que el Cádiz empató sin goles en su estadio.
La derrota del Celta dejaba el partido en bandeja para el estreno de Pellegrino: la ansiada victoria que lleva meses sin darse y ha terminado por provocar la destitución de Sergio para favorecer la incorporación del técnico argentino implicaba salir del descenso por eso de que el Celta no pudo con el Girona. Y así, con el Nuevo Mirandilla echando cuentas de lo que vendría después en el Sevilla-Osasuna, Cádiz y Athletic se pusieron a la tarea.
El traje que eligió Pellegrino para su Cádiz fue el de un equipo de presión alta y rápida aproximación al área de Simón. Estaba claro que cuando más lejos del área propia estuviera el balón, mejor. Y eso exigió un esfuerzo importante de los futbolistas, pues debían estar a la altura del Athletic, que es el equipo que realiza más acciones a alta intensidad de LaLiga. La apuesta resultó en la primera mitad, con un Cádiz en mejor tono que el del Athletic.
El Cádiz apretaba y se acercaba, aunque no tuvo demasiadas opciones. La primera y más clara fue un lanzamiento de falta de Alcaraz (23′) que Unai Simón desvió a córner. Otra de las buenas opciones amarillas, que tuvieron en Robert Navarro a un batallador, la firmó Rubén Sobrino en el 37′, pero el atacante también se encontró con el portero. En el lado rojiblanco el que más se ofreció fue Adu Ares, que trató de sorprender a Conan con dos remates de larga distancia.
Los leones cambiaron de registro en la segunda mitad. Necesitaban un partido con mayor contenido físico porque sin la revolución alta el rival se emparejaba con facilidad. Valverde movió el banquillo bien rápido y el Athletic se estiró para jugar más tiempo en el área rival, coincidiendo con ese tiempo de partido en el que la grada del Cádiz entendió que era momento de hacerse notar.
Aceleraban los leones, pero sin llegar a esa velocidad de crucero que acostumbran y, por tanto, manejándose a mucha distancia de lo que ofrecieron el pasado miércoles ante el Barça. Valverde fue claro en gestos y decisiones: con 20 minutos para el final ya había hecho todos los cambios.
Pero no era el día del juego redondo porque el Cádiz tampoco tuvo el rol que desempeñó en el primer tiempo y dejó de asomarse por la zona rojiblanca. En el 93′ Fali hizo un número de trapecista sin red en un circo abarrotado cuando cortó un avance de Nico en el área de una manera que flirteaba con la legalidad.
/Marca
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