Luego de vivir una final de ensueño, de película, Argentina logra realizar su propio Maracanazo tras ganarle a domicilio 1-0 a Brasil. Como todo en la vida, y no hay mejor deporte que la representa, Neymar lloraba por no llevarse la anhelada copa mientras que su ex compañero Messi gritaba «Dale campeón, dale campeón»
Un duelo de aquellos que quedara en la retina de los amantes del fútbol, curiosamente no por el hecho de ver un buen juego y una final digna de recordad, si no por ser el día en que Lionel Messi se sacude todos sus fantasmas y grita campeón con su país. En lo general, del partido se esperaba mucho más, pocas veces tienes un Argentina Brasil jugándose la final de copa con un jugador por cada bando categorizado por ser estrella mundial, estamos hablando de Neymar y Messi. A uno le dice que este fin de semana se jugó el superclásico de las Américas con estos dos en cancha y se imagina el mejor partido del año, lamentablemente no fue así, es más, diría que fue uno de los peores partidos de la Copa.
NEYMAR, SIMPLEMENTE NO SE TE DA
Habían 5000 simpatizantes en el Maracaná, 2500 apoyaban a Brasil y probablemente 2000 venían a ver como su jugador favorito le daba un baile a su rival. Bueno, esas 2000 personas terminaron viendo como su jugador favorito acabo el partido de rodillas llorando, otra vez.
Empezaba el partido y desde el minuto uno esto no parecía cancha de futbol, tenia el parecido a un ring de boxeo y Neymar estaba al tanto de esto, puesto que en su ring personal no estaba solo, tenia a alguien experimentado para la tarea que le asignaron, Nicolás Otamendi. El brasileño fue altamente neutralizado por Argentina, que usualmente optaba a tomar el último recurso de la falta, hasta los shorts le rompieron al astro del PSG.
Puesto que fue un encuentro muy friccionado, no hubo tantas llegadas de peligro, sin embargo, una de las más claras que tuvo Brasil fue precisamente de los pies de Neymar, al asistir a Richarlison, dejándolo solo frente a Martínez que sin importar que lo fusilaran logró contener el remate del brasileño.
A pesar de que Brasil tuvo un partido de bajo nivel, Neymar fue el que mas preocupó a los «albicelestes». Si juega Neymar, habrá lujos, asegurado, y los hubo, pero poco aportaron para que la «verdeamarelha» se consagrara con la copa.
COMO LEVANTÓ LA COPITA EL «PECHO FRÍO» DE MESSI
Como había dicho, 5000 personas llegaron al estadio, solo que estaba vez hablare de las 2500 restantes. Esas personas que representaban un país entero, ilusionados, y con razón, puesto que tienen al mejor del mundo. Esas 2500 personas que no solo tenían las ganas de ver como tras 28 largos años, Argentina levantaba la copa, si no que venían a ver como el jugador actual mas importante de la albiceleste, a sus 34 años, saldaba su deuda mas importante.
Y así lo hizo, el grito de Messi en el pitido final se escucho mas que cualquier grito que haya tenido con títulos anteriores. Quizá era su ultima oportunidad para evitar que su leyenda tuviese un gran «pero». Ahora que critiquen al 10 en Argentina, que salgan los que le llamaban «pecho frio».
El partido de Argentina no fue espectacular, casi ni inquietó al meta brasileño, pero cuando el duelo no tenia una alta dosis de fútbol, llegó un jugador infravalorado y muchas veces resistido por los hinchas y el medio trasandino, marcando con un espectacular sombrerito, Angel Di María.
Y puede ser que Messi no tuvo su mejor partido con su selección, apareció poco y probablemente si no hubieran sido campeones, la imagen que le estaría rondando por la cabeza a «La pulga» seria ese mano a mano en los 88′ frente a Ederson, que desperdicia resbalándose en el peor momento.
Pero no le importo, la Copa América es suya, luego de cuatro finales perdidas consiguió su mas preciado titulo, y la Argentina se tirara mucho tiempo cantando su nombre.
LA VERDADERA POSTAL DEL PARTIDO
Argentina consiguió un imposible. Brasil siempre había sido campeón jugando en casa. El «Maracanazo» de los de Scaloni será de época por lo que supone, por como mando estas estadísticas a la basura, por como Messi logro coronarse campeón ante Neymar.
La gran postal podría ser la celebración de Leo y sus compañeros, que le hicieron manteo. Pero la verdadera postal es el profundo abrazo de estos dos cracks al final del partido, representando lo que es el fútbol, lo que es la vida.
/Gabriel Ayala Espejo
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