La selección femenina de fútbol de Japon (Nadeshiko Japan) entrenó duramente este lunes para el último partido del grupo E contra Chile, que se celebrará este martes de madrugada.
El equipo japonés Nadeshiko Japan obtuvo su primera victoria mundial en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2011. En los comienzos no siempre fue todo triunfo y logros para las chicas, quienes tuvieron que desarrollar las habilidades y el entusiasmo que ahora las hacen campeonas. Tanaka Masahiro, comentarista de deportes, nos narra la historia.
«La victoria del equipo femenino de fútbol en la Copa Mundial Femenina de la FIFA (Fédération Internationale de Football Association) 2011 en Alemania ocasionó júbilo nacional, transformando a las jugadoras en celebridades de la noche a la mañana y provocando una ola de interés sin precedentes por el juego femenino.
En mi opinión, la centrocampista Sawa Homare es el personaje que ha hecho crecer el fútbol femenino, no sólo de Nadeshiko Japan (la selección nacional de fútbol femenino) sino también de todo el movimiento del fútbol femenino en Japón. En su condición de capitana, condujo a su equipo a su primera victoria en la Copa Mundial Femenina de la FIFA en Alemania cuya apertura fue el 26 de junio de 2011. Antes del gran torneo, estaban ubicadas en el cuarto lugar en el ranking internacional de la FIFA, una posición prometedora; sin embargo, el fervor del público fue mucho mayor frente al logro del equipo de fútbol femenino japonés de convertirse en el mejor del mundo.
Cuando las chicas de Nadeshiko Japan partieron hacia Alemania antes del gran torneo, había tan solo diez miembros del personal de prensa reunidos en el aeropuerto de Chūbu. No obstante, a su regreso a Narita, su número había aumentado hasta 260, y además había 400 fans aglomerados, con ellos. Ante esto, la delantera Ando Kozue recuerda emocionada: “En la Copa Mundial de 1999, ni una sola persona nos vino a dar la bienvenida”. Tras la victoria, las chicas de Nadeshiko Japan fueron galardonadas con Kokumin Eiyo Shō, el Premio de Honor Popular, en el presente año 2011. La fiebre aún continúa y las solicitudes para entrevistas, apariciones en la televisión y anuncios comerciales siguen siendo una constante no sólo en sus días de descanso sino también durante sus días de entrenamiento. Sawa se dedicó a la prensa y, sin importar el cansancio, y como si quisiera recuperar el tiempo perdido, repetía: “Hasta la fecha, en el fútbol femenino ha habido momentos de oscuridad y falta de apoyo. Me gustaría que hubiera un poco más de interés por el fútbol femenino”.
Nadeshiko Japan mejoró junto a Sawa Homare
El equipo japonés de fútbol femenino tuvo que recorrer un camino de 45 años, comenzando desde cero, para llegar a ser lo que ahora es, el mejor del mundo. En 1966, el equipo de jóvenes deportistas nació en un colegio de educación primaria en Kobe, y se considera el primer equipo femenino en todo el país. Para los años 70 ya había una serie de equipos y de compañías patrocinadoras. Por esta razón, en el año 1979 se celebró el Campeonato Nacional Femenino de Fútbol, conocido como la versión femenina de la Copa del Emperador (Tennō Hai). Inicialmente, los equipos consistían en 8 personas, los partidos duraban 25 minutos cada tiempo, el área del campo era dos tercios de la de los hombres y las recepciones de pecho estaban prohibidas.
En los años 80, las condiciones de juego se igualaron a las de los hombres, y el mismo año también nació la liga nacional: Liga Japonesa de Fútbol Femenino, que luego se convertiría en Liga L y finalmente en la Liga Nadeshiko. En 1991, se celebró el Campeonato Mundial de Fútbol Femenino de la FIFA en China como la primera Copa Mundial de fútbol femenino. El fútbol femenino también entró como prueba deportiva oficial en los Juegos Olímpicos a partir de 1996 (Atlanta). Japón participó en estas primeras competiciones a nivel mundial. En el Campeonato Mundial de Fútbol Femenino de la FIFA en Suecia 1995, Japón jugó en el primer torneo y logró pasar a las eliminatorias (fue eliminado en los cuartos de final).
Nadeshiko Japan estaba mostrando un progreso constante; sin embargo, en los Juegos Olímpicos de 1996 y en la Copa Mundial de Fútbol Femenino de la FIFA en EE.UU. 1999 fueron eliminadas en la primera ronda. Este último torneo contaba para clasificarse para los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, por lo que el equipo japonés no pudo entrar a competir en ellos. Es así como el número de espectadores declinaría marcadamente, y también, como consecuencia del deterioro de la economía japonesa, muchos equipos patrocinados por empresas privadas como “Suzuyo Shimizu FC Lovery Ladies” y “Nikkō Shōken Dream Ladies”, los más fuertes de la Liga L, se retiraron sucesivamente. La fiebre del fútbol femenino japonés disminuía rápidamente dando paso a una época de dificultades.
Sawa también experimentó esta época de dificultades. Su contrato profesional con “NTV Beleza” (actualmente “Nittere Beleza”) fue cancelado en junio de 1999. Sawa, que encontró una forma de destacar como jugadora profesional en los Estados Unidos, decidió trasladarse a una liga de profesionales de aquel país. Se retiró de la Universidad Teikyo y cruzó el océano para comenzar su nuevo entrenamiento. No obstante, en el año 2003, Sawa se vio obligada a volver a Japón debido a que la liga profesional en la que jugaba su equipo había cesado.
Sawa regresó para rescatar el fútbol femenino de Japón, que ya había caído en una situación muy grave.
“En los momentos difíciles, miren mi espalda”
En 2003, Japón terminó cuarto en la Liga de Campeones de la AFC (Asian Football Confederation), lo cual les sirvió también para clasificarse para la Copa Mundial de aquel año. Ya que solo los dos primeros puestos se clasificaban, además de un posible tercero, el resultado en circunstancias normales habría supuesto la descalificación de Japón para la Copa Mundial. Sin embargo, China se clasificó automáticamente como anfitriona de la Copa Mundial, lo que hizo que Japón saltara una posición, quedando en tercer lugar, con un desempate home-and-away (casa-y-visitante) pendiente contra México, el tercero en el campeonato femenino de la CONCACAF (Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Asociaciones de Fútbol).
En México ambos equipos quedaron en empate, y en el segundo partido, en el Estadio Nacional de Tokio, Sawa marcó el gol de la victoria con la cabeza, justo a tiempo, y Japón se aseguró su participación por cuarta vez consecutiva en la Copa Mundial (La Copa Mundial de 2003 había sido reubicada a Estados Unidos debido a un brote de SARS [síndrome respiratorio agudo severo]).
La capitana de entonces, Obe Yumi, que jugaba como defensa en ese tiempo, recuerda que Sawa proveyó inspiración a sus compañeras de equipo ante los desafíos, especialmente por parte de sus rivales asiáticas. “Los equipos fuertes, como Corea del Norte y China, están dirigidos por un hambre espiritual, que va más allá de la fuerza física y las habilidades técnicas. Ellas pelean por una vida de calidad y por el amor a su país. Creo que muchas de nosotras nos estábamos preguntando por qué estábamos en el juego, y qué es lo que nos impulsaba a seguir adelante. El éxito de Sawa en Estados Unidos y su entusiasmo se convirtió en inspiración para todas nosotras”.
Sawa jugó en todos los partidos de Japón durante las Olimpiadas de Atenas en 2004 y dirigió a su equipo desde la delantera, llevándolo por primera vez a la clasificación para las rondas eliminatorias, pero siendo después eliminadas en los cuartos de final.
En las Olimpiadas de Beijing en 2008, muchas otras jugadoras, incluidas la medio campista Miyama Aya y la delantera Ono Shinobu, comenzaron a dejar su propia marca junto a Sawa. Después de vencer a la anfitriona, China, en los cuartos de final, Japón terminó en cuarto lugar, y a sólo un triunfo para llegar a las tan deseadas medallas. Las palabras de aliento de Sawa a las jóvenes jugadoras durante el torneo se hicieron entonces legendarias; “En los momentos difíciles, miren mi espalda”. En 2010, Japón ganó los Juegos Asiáticos por vez primera, obteniendo así el derecho a considerarse el mejor equipo de Asia. Sin embargo, el equipo tenía su mente puesta en algo incluso más grande.
PROFESIONALISMO
El fútbol femenino profesional está llegando a todos los rincones del mundo. Si en España la próxima temporada comienza una nueva era con la constitución de la primera liga profesional de la historia, en Japón se acaba de anunciar una iniciativa similar.
Diez años después del triunfo de las ‘Nadeshiko’ en la Copa del Mundo, el fútbol femenino japonés se ha marchitado pero el lanzamiento de una primera liga profesional da esperanzas a un nuevo renacer. El país asiático ocupa actualmente el décimo puesto en el ranking mundial femenino de la FIFA, muy por detrás de Estados Unidos, contra el que Japón ganó en la final del Mundial de 2011, aunque se trata de una posición esperanzadora que busca ir a más.
Japón volvió a la final cuatro años después, aunque cayeron ante las estadounidenses y en 2019 dejaron el Mundial en octavos. En cuanto a los Juegos Olímpicos, recogieron la plata en Londres’2012 pero no se clasificaron para Río’2016 y en Tokio tienen escasas opciones frente al gigante americano de Megan Rapinoe y Alex Morgan.
“Teníamos una sensación de urgencia, porque sentimos que Japón se vería abrumado a nivel mundial si no se profesionalizaba ahora”, señaló a la AFP Kikuko Okajima, presidenta de la WE League, la nueva liga femenina japonesa .
Okajima espera que esta liga profesional atraiga a más espectadores en un país donde la asistencia es mucho menor en comparación con Estados Unidos. El número de futbolistas con licencia solo el 3.3% del total. Para Emi Yamamoto, centrocampista del Chifure AS Elfen Saitama, uno de los 11 equipos de la nueva Liga, la no profesionalización del fútbol femenino en Japón explica por qué el deporte no ha progresado realmente durante diez años.
“Hasta ahora era difícil pensar en sostenerse solo a través del fútbol. El hecho de convertirse en profesional demostrará a los más jóvenes que se puede vivir de ello, darles un gol, ser motivo de admiración”, estima este de 39 años.
Muchas mujeres japonesas han adquirido así la costumbre de jugar en el extranjero para ganarse la vida con su carrera, como Emi Yamamoto, que ha jugado durante varios años en Estados Unidos e Italia. “Tenemos que subir el nivel, hacer de la Liga una de las mejores del mundo, y luego los jugadores querrán quedarse y vendrán otros del exterior”, espera.
“Un mejor nivel de la liga aumentará el de la selección nacional, y si logramos establecer un círculo virtuoso, sin duda veremos a la Nadeshiko en la cima del mundo en un futuro cercano”, concluye.
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