Todo apuntaba a que el presidente no iba a dimitir hasta que la presión por parte de las federaciones territoriales y el gobierno hizo insostenible su postura.
El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, presentará este viernes su dimisión tras el beso forzado en la boca a la jugadora Jenni Hermoso durante la entrega de medallas de la final del mundial femenino. La propia futbolista pidió el pasado miércoles «medidas ejemplares» y dejó la gestión del caso en manos de su sindicato.
A la espera de cualquier sanción en España, la FIFA, a través de su Comisión Disciplinaria, ha decidido abrir un procedimiento disciplinario contra el presidente de la RFEF. El comportamiento de Luis Rubiales, con el beso en el acto de entregas de medallas y las imágenes del palco en la celebración del presidente de la RFEF, «podrían resultar constitutivos de violaciones de los artículos 13.1 y 13.2 del Código Disciplinario de la FIFA».
El Gobierno también había elevado en las últimas horas la presión sobre Rubiales. El ministro de la Presidencia en funciones, Félix Bolaños, ha advertido que «actuará» si no se produce ningún movimiento sobre el futuro del presidente de la RFEF, señalado y acorralado. «Desde luego, esperamos acontecimientos, pero, si no se dan, si no se producen, el Gobierno va a actuar», subrayó en una visita oficial a París.
Uno de los últimos en sumarse a las críticas desde el ámbito deportivo ha sido el entrenador del Real Madrid. Carlo Ancelotti ha asegurado que «es un tema muy delicado». «Como la mayoría de la gente ha sido un comportamiento que no me ha gustado. No es un comportamiento de un presidente de Federación», ha añadido en rueda de prensa.
/El Confidencial
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