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El cuadro andaluz mostró una mejoría en su rendimiento, pero sólo le alcanzó para igualar 1-1 en Dortmund y ahora sólo un milagro le permitiría pasar a la siguiente ronda
El Sevilla pudo llevarse el triunfo en territorio del Borussia Dortmund en la cuarta jornada de la Champions, donde prácticamente le dice adiós a la máxima competición continental. Cinco puntos separan a ambos clubes, con seis puntos en juego. Y es que a los sevillistas no les iba la vida en el duelo, puesto que saben que el pase a octavos es una quimera y que lo verdaderamente importante era recuperar la imagen de equipo competitivo. Seis días han pasado del 1-4 en Nervión con Lopetegui hasta el empate en Alemania con Sampaoli. Otra imagen y otro equipo. Más fuerte en el defensivo y en la convicción de lo que hace. Tuvo incluso mejores ocasiones. Dos duelos con el entrenador argentino y dos empates ante rivales potentes. Lentamente, pero este Sevilla se levanta. Además, tiene en su mano asegurar la tercera plaza si vence al Copenhague en la próxima jornada.
Este Sevilla ha cambiado y le va subiendo el nivel del combustible con el paso de los partidos. Si ante el Athletic fueron 20 minutos, en Dortmund alargó su buen inicio diez más durante el primer periodo, aunque prolongó su competitividad los 90. La primera media hora fue la más seria del conjunto de Nervión en lo que va de curso, viendo el escenario y al rival. Salía Sampaoli con hasta ocho cambios y una defensa con tres atrás, aunque dándole libertad a Nianzou en la salida, colocando una especie de triángulo para darle más espacio sin rivales a Rakitic y Gudelj. Estaba cómodo el Sevilla. Y llegaba al área con jugadores y sin fútbol ditrecto, saliendo por fuera y terminando por dentro. El primero que lo intentó fue Rakitic desde la frontal. El propio futbolista croata tenía una tremenda oportunidad con un pase atrás en la única internada con éxito de Jesús Navas en el primer periodo. Sí acertaría el número 10 colocando un espléndido balón a 25 metros de la portería con la pelota parada para que NIanzou cabecease de forma perfecta. Un 0-1 en un escenario donde al Sevilla se le daba por muerto de partida y donde estaba realizando su partido, de forma global, más completo.
Un error de Marcao, con un resbalón que no sabe aprovechar Adeyemi con un pase inocente al corazón del área que adivinó Bono, despertó a Un Borussia Dortmund que estaba realmente pasivo. Sólo Bellingham apretaba a sus compañeros para que fuesen arriba, que al Sevilla se le hace daño presionándole y no permitiéndole jugar. Ese paso adelante de los alemanes complicó muchísimo a un conjunto de Sampaoli que no era capaz de sacar la pelota de forma limpia. La solución Acuña hace tiempo que se diluyó y esta temporada no hay un jugador que sea capaz de asumir ese papel cuando el equipo está atascado. Si a eso se le añade la dificultad de jugar en largo por la falta de jugadores aseados en el fútbol de espaldas, pues el problema va creciendo hasta que el propio equipo se comienza a asustar y sólo veía a jugadores de amarillo encimando. Todo se iba encaminando al empate de los locales. Y llegó en un contragolpe donde los sevillistas quisieron defender hacia delante y les cogieron mal colocados en defensa, con un pase de Bellingham hacia el costado derecho, con Adeyemi y Meunier libres de marca, y el centro del lateral lo tocaron entre el propio Bellingham y Nianzou, despistando a Bono. Otro golpe al Sevilla cuando soñaba con irse al descanso con ventaja. El propio centrocampista inglés, en un fuera de juego mal tirado por Marcao, pudo hacer daño antes del descanso, donde se llegó con empate.
Lamela tuvo el triunfo
Se defendía bien el equipo de blanco, aunque cada vez le costaba más salir con energía a la contra, también por los cambios ofensivos del Dortmund, que le daban sobre todo velocidad en los costados, debiendo el Sevilla encerrarse por momentos para no sufrir demasiado cuando le cargasen el área. Pasaban los minutos y el empate no le valía a los sevillista para pensar en los octavos, pero sí con la tercera plaza en la cabeza. Un paso más en la recuperación del Sevilla. Lentamente pero seguro. Con una nueva defensa y un equipo que no permite correr y siempre se despliega con la idea de superar al rival. Necesita gol. Esa tarea es aún más complicada. Llegará.
/Escrito por Alberto Fernández ´para Marca de España
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