Con una garra descomunal, los guaraníes superaron a uno de los favoritos de la competición. Además, Endrick falló un penal crucial.
Cuando se habla de la famosa «garra», se asocia dicho término a Uruguay por su histórica característica de juego. Pero, en este caso, la garra fue reencarnada por la selección de Paraguay Sub 23, que venció a Brasil con una entrega enorme y dio un gran paso para clasificarse a los Juegos Olímpicos de Paris 2024.
En la primera parte no hubo un claro dominador, pero los guaraníes ejercían una intensa presión frente a los brasileños, que se notaban incómodos. Entre muchas faltas y pierna fuerte, las figuras de Endrick y John Kennedy se desdibujaban. Así y todo, los dos se encargaron de protagonizar las ocasiones más peligrosas de sus equipos: el atacante del Real Madrid erró un penal, que fue atajado por Ángel González, mientras que el héroe del Fluminense en la final de la Copa Libertadores falló un increíble tiro al arco sin guardameta.
¡Momento clave del partido! El penal atajado por Ángel Rodríguez a Endrick en la victoria de @Albirroja por el #CONMEBOLPreolímpico 🇵🇾 🧤 🏆#CreeEnGrande pic.twitter.com/XThvjSYKgs
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) February 5, 2024
Sin embargo, además de trabar cada pelota como si fuera la última, los hombres de Carlos Jara Saguier supieron generar sus propias chances y, a falta de pocos minutos para irse al entretiempo, se pusieron en ventaja con un cabezazo de Fabrizio Peralta.
¡Grito de gol! El tanto de Fabrizio Peralta que le dio la gran victoria a @Albirroja ante #Brasil en el comienzo de la Fase Final del #CONMEBOLPreolímpico 🇵🇾 🔥#CreeEnGrande pic.twitter.com/uC2E6HiITe
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La sorpresa dentro del Estadio Nacional Brígido Iriarte de Caracas era total. Nadie creía lo que estaba pasando, excepto los propios jugadores que ya le habían jugado de igual a igual a la Selección Argentina de Javier Mascherano.
Ya en el complemento, se preveía que Brasil buscaría la victoria por diestra y siniestra, hecho que, finalmente, no ocurrió: la defensa de Paraguay evitó todo tipo de resquizio ofensivo, anestesió a las estrellas rivales y se hizo dueño del juego. Además, no sufrió cuando le tocó replegarse.
Los dirigidos por Ramon Menezes tuvieron algunas aproximaciones debido a la urgencia de un agónico grito sagrado combinada con el terrible cansancio físico del contrario. Y entonces apareció la garra guaraní, para resistir con unas y dientes frente a la avalancha brasileña, disputando los cruces individuales con el último suspiro de cada uno. No se lo tomaron partido común y corriente. En realidad, para ellos fue una batalla. Aunque deben tener cautela: aún no han ganado la guerra.
/Escrito por Gonzalo Subirana para Olé de Buenos Aires
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