¿Cómo es y qué piensa el “Pibe” Valderrama, el máximo ídolo del fútbol colombiano de todos los tiempos, que estuvo de visita en nuestro país?
¿Qué hay detrás de su frondosa y blonda cabellera?
por Victor Sforzini Sepúlveda
SANTIAGO.- Como trabajé y conviví junto a él durante dos temporadas en el fútbol colombiano, en el Deportivo Cali, concentrados a lo menos cinco días a la semana, creo ser uno de los que más conoce a este extraordinario jugador, ya que tuve el honor de participar de sus logros, tanto en su vida deportiva como humana.
Lo primero que hay que, destacar es su personalidad excéntrica, luego su carisma y su rapidez mental para crear donde el común de los jugadores es estéril, virtudes que le llevaron a ser clave en la selección colombiana y en todos los equipos dónde participó.
Por otro lado, era una persona callada, introvertida, observadora, pero con ese algo que le ha llevado a ser no sólo el mejor jugador, sino el más carismático de todos los deportistas colombianos de la historia.
Valderrama en la cancha se veía muy extrovertido, todo lo contrario de lo que era fuera de ella, expresándose a través de la apariencia física y de su juego genial, que tenía dos matices muy marcados y casi insuperables:
1) Su pasmosa habilidad con la pelota en los pies, los que manejaba como si fueran manos
2) Su rapidez mental, ya sea para crear en forma “mágica” situaciones favorables para sus compañeros, o para aprovechar los espacios dejados por las defensas en forma relampagueante. Colo Colo en 1993 y Alemania en el Mundial de 1994, sufrieron con la habilidad extraordinaria de éste jugador. Con Junior y Comesaña como entrenador, (a quién junto al “Zorro” Alamos, considero de los mejores entrenadores con quienes trabajé integrándo su Cuerpo Técnico) eliminó a Colo Colo de la Libertadores en el estadio Monumental con dos habilitaciones extraordinarias al “Tren” Valencia. Y que decir, del baile que le dieron a Alemania en el Mundial, con ese 1-1 histórico, con los alemanes descompuestos y con una frustración tal, que le pegaban a lo que se movía.
MUNDO EGOÍSTA
Carlos “El Pibe” Valderrama reconocía ya en ese entonces, que el mundo deportivo es egoísta, que a nadie le importa lo que le sucede a cada cual.
“Por eso mismo es hombre de pocos amigos, pero leal como ninguno con ellos – admitiendo- tengo pocos amigos, pero soy leal con ellos”.
En su vida deportiva pasó momentos amargos, como en sus comienzos en Millonarios, dónde nada hacía presumir que en ese jugador taciturno se incubaba el que, a corto plazo, sería ungido como el mejor de América. Pocos saben que Millonarios lo vendió en apenas 10 millones de pesos colombianos, casi obligando al Deportivo Cali a comprarlo en un paquete junto a otro jugador.
Pero, lo que más nos importa, lo que más controversia generó en su momento, sobre todo en los periodistas conservadores e ignorantes de la personalidad de los atletas por no haber competido nunca ellos mismos a un nivel significativo, era su apariencia , comenzando por su frondosa cabellera.
Para mí, es un caso digno de Humberto Eco. Como nuestro recordado Honorino Landa, Carlos Valderrama usa, aún hoy el peinado y la vestimenta como una forma de comunicación. Eco dice que cada acto es expresión de nuestro mundo interior o de la interrelación con lo exterior, donde siempre estamos ejerciendo opciones ideológicas o lanzando un mensaje, una carta abierta a los transeúntes o a quienes encuentre durante la jornada. Si bien la vestimenta de los futbolistas es similar y se diferencia por los colores, la forma en que cada cual dispone de este ropaje nos revela el estilo del jugador”.
Si “escuchamos” y analizamos sus palabras entenderemos lo que expongo, al transcribirles lo que me dijo al respecto: “Pienso que la forma de peinarme y vestirme nacieron conmigo. Siempre quise ser así desde niño. Creo que a la gente le fueron gustando ambas cosas: mi peinado y mi forma de jugar en la cancha. Soy uno solo, porque la gente va escogiendo ídolos y he tenido la fortuna de ser uno de ellos. Además, sólo hay un “Pibe” Valderrama en el mundo y ese soy yo”.
El “Pibe”Valderrama es de esos jugadores que le dan sentido a la idea del deporte como espectáculo. Está identificado con esa forma y no tiene inconveniente en reconocerlo. Cree que la gente, al conocerlo, puede saber mejor de él al observarlo y sacar conclusiones de quién y cómo es Valderrama. Esto me lo dijo, en una entrevista que realicé para medios chilenos de la época, y en está visita a nuestro país, así como en su presencia en los comentarios deportivos en una cadena de televisión, sigue expresando y viviendo de la misma manera.
Podemos concluir que el fútbol necesita a hombres como él, y la semiótica, con sus análisis de forma y contenido, significado y significante, encuentra que entre el decir y lo dicho hay un hombre que existe”, razón por la cual, insto a nuestros entrenadores a no coartar la personalidad de sus jugadores. ¿Se imaginan que en nuestro medio, con nuestra rigidez que raya en la estupidez, hubiera aparecido el “Pibe valderrama”? No habría existido, no lo habríamos dejado ser. Me recuerdo cuando en sus comienzos participó jugando por el Cali el año 87 en un hexagonal organizado por U.Católica, como se “burlaban” públicamente de él algunos “comentaristas deportivos”. Daba vergüenza ajena.
Debo reconocer públicamente, que mi permanencia y éxitos en el Deportivo Cali, se debió –aparte de mis capacidades y lo profesional de mi trabajo- a la aceptación del “Pibe”. Sus palabras en una de mis primeras charlas motivacionales a cargo del equipo, previo al partido, labor que realizo sólo con los titulares, textual: “Lamento que los compañeros que están afuera, no puedan estar escuchando y participando de esta charla”.
Como anécdotas, que lo reflejan en cuerpo y alma, puedo contarles, que cuando llegábamos del Aeropuerto de Cali, después de haber sido recogidos por el bus del Club, el “Pibe” , se bajaba, y tomaba un bus de la locomoción colectiva para ir a casa, mientras, el resto de los jugadores, se iban en sus lujosos automóviles. Otra, es que, al llegar en la mañana a los entrenamientos, traía sus zapatos de fútbol en una simple bolsa plástica. Es decir, el mejor jugador de América ya en ese entonces, año 1988, era de una simpleza fuera de lo común, no estaba ni ahí, en las palabras de nuestro “Chino” Ríos.
Respecto al tremendo líder que era el “Pibe”, les puedo señalar lo siguiente: después de su partida al Montpellier, parecíamos un equipo de barrio, me explico: Nosotros llegábamos a algún lugar a comer, y los hinchas en cualquier lugar de Colombia, se agolpaban sobre nosotros, y era el “imán” del Pibe quien concitaba tal atención. Luego de su partida era como que ya no teníamos esa “magia”, esa “aureola” de la que estábamos investidos.
Otra anécdota, atañe a nuestro Jorge “Mortero” Aravena, quién realizó en su momento unas declaraciones que no fueron del agrado del “Pibe” por considerarlas ofensivas, motivo por el cual, en el camarín sus únicas palabras fueron, “Aravena no recibe la pelota hoy día”. Nadie le pidió explicaciones, lo concreto fue, que efectivamente, aunque Jorge Aravena, corría de lado a lado, nadie le hizo un pase, ni siquiera los extranjeros. Por suerte. Después la relación cambio y el chileno terminó siendo el goleador de la liga colombiana
Por último, como chileno, debo contarles que en mi calidad de Jefe de Prensa y Relaciones Públicas, estuve a cargo de la despedida del Pibe Valderrama del Fútbol Colombiano por su traspaso al Montpellier de Francia. Esa noche derrotamos a la Selección de Colombia. Hice que el Pibe grabara su despedida y la entregué a todas las radios y los canales de televisión. En el momomento en que el Pibe estaba dando la vuelta Olímpica despidiéndose de los caleños y de los colombianos, en el estadio, en cada radio, en cada canal de televisón sonaban las palabras del Pibe, un momento inolvidable, y quién escribe estás líneas sigue estando orgulloso de que un chileno estuviera a cargo de la despedida del ídolo más grande generado en y por la sociedad colombiana.
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