Nuevo capítulo surrealista en el declive del Barça de Koeman. Los azulgranas empataron ante el Granada en el Camp Nou (1-1) y dieron una imagen muy pobre, terminando el partido metiendo balones al área con Luuk de Jong, Araujo y Piqué en busca de un gol que llegó en el minuto 90, gracias a un cabezazo de Araujo, que volvió a ser el mejor.
Ambiente muy frío el que se respiraba en el Camp Nou a pocos instantes para el inicio del partido. La temperatura no ayudaba y el contexto del partido, tampoco. Menos aún lo hicieron los jugadores del Barça, que veían como Duarte marcaba a los dos minutos de partido. Nadie se lo podía creer. Seguía la pesadilla. Ni tiempo había dado al aficionado para ver que Koeman por fin se había atrevido con los jóvenes dando la titularidad a Balde y Demir. Tocaba remontar. Animaba el Camp Nou aunque más con corazón que con cabeza. Intentó la reacción rápida Coutinho pero el árbitro no caía en su trampa y no señalaba penalti. En el otro lado, Darwin le hacía un roto y un descosido a un Dest que dejó 45 minutos muy preocupantes.
El Granada le regaló el balón al Barça, consciente que los de Koeman no sabían qué hacer con él. Muy plano el juego azulgrana. Solo Memphis intentaba algo diferente. El resto pasaba por los laterales, que metían balones al área sin ton ni son. En una de ellas, Sergi Roberto la mandaba al larguero. Se desesperaba el público con las pérdidas de tiempo del Granada. Mucho perdieron los de Robert Moreno, con Eteki como protagonista, que estando lesionado entró al campo para tumbarse en el suelo. Pitada monumental la que se llevó. No fue la única. También se la llevó Koeman. Aunque en esta ocasión, sin razón. Mingueza entraba en el terreno de juego a falta de cinco minutos y lo hacía en el lugar de Balde. El público interpretó que era un castigo para el canterano y pitó el cambio mientras coreaba el nombre de Balde. Pocos conocían que el lateral no podía seguir al tener molestias en la espalda. Se animó el partido. Ocasiones para todos los gustos. Monchu ponía en apuros a Ter Stegen y Araujo a Maximiano, en la ocasión más clara para los azulgranas.
BALONES AL ÁREA
Tras el descanso, Koeman movía más piezas y daba entrada a Luuk de Jong por Sergi Roberto. Recuperaba el doble pivote y el media punta. Los extremos, abiertos. La consigna estaba clara: balones al área para encontrar a Luuk. Aunque mejor le iría al Barça plantearse otro recurso. Quizá mejor le iría con Araujo de nueve. La volvió a tener el uruguayo en un saque de esquina, pero se le fue el cabezazo. El Granada, bien cerrado atrás y a correr al contraataque con un Darwin que creó bastante peligro. Se animaba el Barça con un activo Dest por la izquierda y con Memphis finalizando, sin suerte, las jugadas. Entraba ‘Gavi’. Ovación del Camp Nou, que tenía ganas de ver al niño de Los Palacios. Lo intentaron todo los aficionados que asistieron al campo pero el equipo no les acompañaba. La tuvo Memphis, en una falta que impactó en la barrera.
Ponía toda la artillería Koeman. Entraban Piqué y Riqui Puig. Si no era por juego, que se empatara por orgullo. Eso debía pensar el holandés porque Piqué salió de delantero centro a falta de 15 minutos. Balones a la olla, como se conoce popularmente. Y la primera fue para Luuk, que incomprensiblemente la mandó arriba cuando todo el mundo cantaba el gol. Pero lo que decíamos, mejor balones a Araujo. Suyo fue el tanto. La ponía perfecta ‘Gavi’ para que el uruguayo, en el noventa, empatara el partido. Pero fue demasiado tarde. Empate de un Barça que sigue sin convencer y deja a Koeman aún más tocado.
/Escrito por Albert Rogé para Sport de Barcelona
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