Dinamarca suma y sigue. Los compañeros de Eriksen continúan en la Eurocopa y ya están en cuartos de final, donde esperan rival del ganador del duelo entre Países Bajos y la República Checa.
El caso es que perdieron los dos primeros partidos del campeonato, ante Finlandia y Bélgica, pero ahora mismo todo eso es sólo un mal recuerdo. El presente dice que ya están entre las ocho mejores selecciones de Europa. Como mínimo.
A Dinamarca le costó arrancar y de hecho, Gareth Bale fue el primero que enseñó los dientes en un par de misiles desde fuera del área que provocaron el ‘uy’ en las gradas. Apenas se llevaba una docena de minutos y parecía que Gales iba a ser el dominador del duelo, al menos en apariencia. Pero nada más lejos de la realidad.
Conforme pasaban los minutos Dinamarca iba girando el sentido del juego. La sociedad Maehle-Damsgaard por la izquierda hacía la vida imposible a Roberts, muy solo en el lateral. Los nórdicos olieron la sangre por ese costado y así fabricaron el 0-1. El ejecutor fue Dolberg, pero la mente pensante fue el ’14’, un jugador muy interesante. Hablamos de Damsgaard, con pinta de futbolista con clase y un escalón por encima de las muchas medianías que llenan los campos de fútbol.
El caso es que habíamos llegado a la media hora y Dinamarca mandaba en el marcador de manera merecida. Quedaba un mundo, pero en el pequeño intervalo hasta el descanso, siempre pareció más cerca el 0-2 que el gol del empate. Gales era incapaz de salir con el balón jugado, sus puntas eran islotes solitarios y su estrella, Bale, pasaba esos ratos tan habituales en su carrera que podríamos titularlos ‘Desaparecido en combate’.
Ya sabemos que el fútbol dura 90 minutos, como mínimo, y hasta que el árbitro no pita el final puede pasar de todo, pero en el intermedio, la numerosa afición danesa presente en las gradas del Johan Cruyff Arena seguro que andaba echando cuentas con el cruce de cuartos, como poco.
Rápida sentencia
Y más tras el arranque del segundo periodo, ya que en el minuto 48 una pifia de Neco Williams dejó el balón franco otra vez a Dolberg, para el doblete del jugador número ’12’, que en este caso no es la afición, sino el delantero del Niza artífice del pase a la siguiente ronda de Dinamarca. Además, Dolberg se encontró con la titularidad en el último momento por la baja inesperada de Poulsen, habitual en el ataque de los de Hjulmand. Un héroe inesperado.
Gales dio un paso adelante tras el 0-2. No podía ser de otra manera. Había que pelear y no marcharse de la Euro por la gatera sin mostrar al menos orgullo y ganas de revertir el marcador. Tuvo algunas llegadas, claro, pero Dinamarca mantuvo el tipo y el control en todo momento. Incluso se permitió cerrar el partido a lo grande con un golazo de Maehle casi al final y otro de Braithwaite en el añadido. Un póker.
Y es que a Gales todo le salió mal. Las tarjetas, las lesiones, las pifias, los goles del rival… todo en contra. Fueron la sensación en la última Eurocopa, en la que sólo cedieron en semifinales ante el campeón Portugal. Ahora, se van en los octavos dando una imagen de equipo muy discreto y en el que Bale no ejerció como el líder que se espera de una estrella de su caché. Ahora ya tiene todo el verano por delante para centrarse en el Real Madrid… Qué ironía.
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