El Leganés estuvo en un tris de salvar el pellejo. Por orgullo y por ganas, peleó su suerte hasta la prolongación del último partido, con ocasiones claras como una de Óscar cuando su rival ya se había ido del partido. El Madrid compitió como un campeón durante una hora larga, pero se dejó ir en el tramo final ante el empuje pepinero. Los goles de Ramos y Asensio salvan al Celta, que hizo menos que el Lega para permanecer en Primera. Eso es el fútbol.
Nada se puede reprochar al campeón, que presentó una alineación lógica y competitiva en Butarque. Con Areola bajo palos en lugar de Courtois, preservando su trofeo Zamora. Con Militao en el centro de la defensa para proteger a Varane, aunque lo lógico es que el brasileño tenga faena en Mánchester. Y con Sergio Ramos manteniendo el brazalete como capitán hasta el último día. No avisó sobre sus intenciones. A los nueve minutos recibió una falta tocadita, perfecta, de Isco desde la izquierda y colocó con la frente en la red. Más difícil todavía para el Leganés.
Conste que no marcó el Madrid a la primera. Cuéllar salvó con una mano estupenda el tanto de Valverde, un derechazo con el exterior que buscaba la base del palo. El caso es que el gol espabiló a los pepineros, protegidos de sobra con cinco defensas. Detectó bien Aguirre el sitio para hacer daño, el lado izquierdo del ataque. Asensio de falso extremo, Lucas de lateral y Militao para las coberturas. Perdieron el duelo ante la habilidad de Bryan Gil, el chico cedido por el Sevilla que lo hace casi todo bien. Suyo fue el primer remate local, bien blocado por Areola. Desde ahí, la intensidad fue del Lega, que persiguió el empate con insistencia. Un remate lejano de Ruibal y otro intento de Bryan Gil demostraron el dominio local. Y en la prolongación del primer acto cayó el premio. Un balón en diagonal para la entrada de Silva fue bien jugado por el carrilero para Gil, que controló y cruzó bajo las piernas de Areola.
El empate disparó el ánimo pepinero. Se conocía el empate del Celta, y Aguirre se jugó todos los ahorros. Guerrero en punta y, para sorpresa del personal, Oscar al medio. El jugador que, se suponía, no volvería a vestir de pepinero. Metió un puntito de intensidad y buscó el área enemigo, pero cometió un error y lo pagó carísimo. Una pérdida en la salida cayó a pies de Isco, leyó bien el desmarque de Aensio a banda cambiada y el balear anotó como si no costara. Un 1-2 mortal para el Leganés.
Sin nada ya que perder, Aguirre hizo todos los cambios posibles para buscar el milagro. Entraron Assalé y Roque Mesa, este último por la lesión de Tarín. El primero fue eléctrico, y aunque falló varias opciones claras, acabó aceptando el bajón de tensión blanco para transformar el empate. Otra colada de Jonathan Silva con centro atrás bastó para desarmar a la defensa blanca.
Zidane hizo los cambios y el Madrid desapareció del mapa. O sea, se fue Casemiro. Cada ataque del Lega era peligro garantizado. Pudo anotar el recién entrado Avilés en un centro al segundo palo. Y tras un córner tuvo una opción imponente, solo en el área pequeña. Se revisó la acción por una mano de Jovic, involuntaria para Cuadra Fernández. Faltaba el oxígeno a esas alturas, aunque tuvieron sus opciones. Assalé y Óscar. En la prolongación. Con superioridad. Sin que volvieran los medios madridistas. Fallaron ambos. Allí acabó la andadura del Lega en Primera, digna como pocas. Así acabó la temporada del Madrid, invicto tras el parón.
/Escrito por José María Rodríguez para Marca de España
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS