Yo le pregunto, con mucha seriedad: ¿De verdad importa saber si es mejor Marcelo Bielsa que Claudio Borghi? Yo me autorespondo: No, no importa para nada.
Opinión de Claudio Ramos G.
Editor periodístico Todofutbol.cl
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Ambas preguntas buscan la odiosidad y no la mancomunión. Yo le pregunto, con mucha seriedad: ¿De verdad importa saber si es mejor Marcelo Bielsa que Claudio Borghi? Yo me autorespondo: No, no importa para nada. Cada uno tiene su sello característico y es diametralmente opuesto al del otro. Lo del “Loco” es más el trabajo minucioso y la disciplina exagerada. Lo del “Bichi”, la espontaneidad, la libertad y la confianza. El rosarino nos llevó a un Mundial siendo segundos en las Eliminatorias. El castelariense nos tiene primeros, lo que jamás en la historia había pasado.
Y ojo: ambos han protagonizado bajo sus procesos actos de indisciplina. Porque mucho se ha hablado del “Bautizazo” y del “Tavellazo” con Borghi al mando, pero la gente suele olvidar que con Marcelo Bielsa también hubo indisciplina. ¿O no se acuerda cuando se arrancó Arturo Vidal al Club Hípico en medio de una concentración? ¿O ya olvidó cuando a Marco Estrada lo detuvieron por estar manejando bajo los efectos del alcohol en 2009? La gran diferencia es que con el actual técnico del Athletic de Bilbao las cosas se manejaban más sigilosamente. Con Borghi todo es mucho más expuesto.
¿Pero no cree que es mejor sumar que comparar? Todos queremos que Chile vaya al Mundial. Además, Borghi admitió su error y prometió no hablar más de Bielsa. Es el momento para que la cortemos con esa absurda comparación. Ambos procesos eran, son y serán distintos y esperamos que sean igual de exitosos, con sus matices correspondientes. Hasta el momento la cosa va bien encaminada, por lo menos.
¿COMPARAR QUÉ?
Si la comparación entre el ex actual técnico de la Selección resultaba odiosa, esta llega a ser hasta irrisoria: la Universidad de Chile de Jorge Sampaoli y el Colo Colo de Mirko Jozic campeón de la Copa Libertadores de 1991. Vamos viendo, dijo el ciego.
De partida, la “U” no ha ganado la Libertadores. Está bien encaminada, ha hecho una extraordinaria campaña, pero aún no está el trofeo en sus vitrinas, algo que sí tiene el Cacique y que ostenta hasta el día de hoy el orgullo de ser el único elenco chileno en conseguir tan preciado trofeo. ¿Qué comparamos entonces?
Muchos dicen el juego. Para mi tampoco es comparable. El fútbol de hace 20 años atrás claramente no es el mismo de ahora. El Colo Colo de Jozic no era un gran equipo, pero tenía individualidades que marcaban diferencias. La actual “U” es todo lo contrario: basa su poderío en el juego colectivo y se hace fuerte en todas las canchas donde juega, mientras que el elenco albo rara vez ganaba en condición de visita, pero en casa era imbatible. Y así podemos seguir y seguir.
Puede o no compartir conmigo, pero yo siempre voy a preferir sumar que comparar. Prefiero tener a dos (y más) técnicos que nos lleven a mundiales. Quiero tener dos (y más) equipos chilenos con la Copa Libertadores adornando sus vitrinas. No nos quedemos en las pequeñeces que nada aportan. Vamos a lo concreto, a lo importante, a lo trascendente: sumar. Porque mientras más sumemos, mejor seremos. Y ahí sí que la comparación será atractiva, porque hablaremos de equipos campeones, de técnicos exitosos y del país ganador que aspiramos ser.
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