Seguramente fue uno de los mejores goles de los que se tenga recuerdo en el clásico porteño.
Porque se produjo en los descuento, por la forma como le pegó Rotondi a la pelota, sin ángulo algo respecto al arco de Johnny Herrera. Pero «la caprichosa» como bien la llaman a la pelota, hizo una parábol extraña en el aire, pasó por sobre el cuerpo del arquero, pegó en el segundo poste y se fue adentro del arco.
«¿Buscar el gol desde ahí?…Imposible. Tire el centro y tuve la suerte que se metiera donde se metió»
La honestidad de Carlos Rodolfo Rotondi, sobre todo por lo que él mismo agregó a continuación:
«Creo que ese gol fue el premio que nos merecíamos, porque nunca dejamos de luchar. Estábamos 0-2 abajo promediando el segundo tiempo y ni aún así bajamos los brazos. Es que este es un clásico y los clásicos hay que lucharlos hasta el último segundo. Son partidos duros como este, se pueden ganar o perder, pero lo que no se perdona es que uno no lo deje todo en la cancha. Y eso nadie puede reprocharnos porque dejamos hasta la piel en el campo»
Esas palabras son un fiel reflejo de lo que fue este centenario clásico porteño.
Porque, para los puristas seguramente no fue un buen partido.
Pero, para los futboleros fue un tremendo clásico. Que tuvo de todo.
Un primer tiempo casi de estudio, que tuvo como único hecho destacado el cabezazo de Juan Cuevas a los 22´para abrir el marcador.
Pero, el segundo tiempo fue espectacular.
Especialmente después que Johnny Herrera perdiera un penal a eso de la media hora de juego. Curiosamente, tratándose de un especialista, muy mal pateado: al centro del arco y sin mucha violencia. Viana lo contuvo con los pies.
Sin embargo, un par de minuto después, San Juan trajo el bálsamo para los viñamarinos, anotando el 2-0 con una espectacular chilena para empalmar una pelota que le bajó muy bien Saavedra.
¿Partido liquidado?
En circunstancias normales,si. Pero, no en un clásico.
Y así lo entendieron los porteños, que se fueron con todo a tratar de revertir su suerte.
Tuvieron el empuje justo que les dio el gol de Canelón a los 82´minutos, aprovechando cierta pasividad de la defensa caturra y una indecisión de Herrera.
Y después, lo dicho: el afortunado golazo de Rotondi.
/Gerardo Ayala Pizarro
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS