El ex capitán de la U abrió la cuenta para los torteros. Al final fue 3-0 en un estadio Playa Ancha que despidió con aplausos a sus jugadores y con silbidos a los hinchas por el bochornoso espectáculo dado en las horas previas al partido
Partamos por la triste jornada de Wanderers.
Que concluyó hoy con el descenso ya irremediable a Primera B, pero cuya caída al precipicio comenzó prácticamente a comienzos de año.
Se hizo todo mal de entrada, con varios errores directivos, conformación del plantel y entrenadores que no le encontraron la vuelta al equipo.Tanto es así que establecieron un récord en la cantidad de partidos que pasaron sin abrazarse en el puerto.
Y cuando parecía que algo se enderezaba la nave con la llegada de la directiva de Reinaldo Sánchez, la contratación de un técnico que conoce el paño como es Emiliano Astorga y la vuelta de un capitán histórico como es Ronnie Fernández, de la noche a la mañana se echó todo a perder en el día de ayer con la actitud impresentable adoptada por la directiva.
Sólo con decir que Wanderers tuvo tres entrenadores en menos de 12 horas ya lo dice todo, pero lo peor es que el bochorno tuvo características impresentables. La salida de Astorga estaba conversada de antemano, es cierto, como también seguramente la llegada de Moisés Villarroel, al que se anunció con bombos y platillos co0mo «el hombre elegido para intentar el regreso».
Pero, cuando el nuevo entrenador llegó a firmar su contrato, los dirigentes le hicieron una petición que a lo mejor otro que no tuviera los pantalones bien puestos habría aceptado: «Mañana contra Curicó juegan los juveniles. Hay varios profesionales que no queremos que sigan en el club, especialmente Sebastián Ubilla, que si juega este partido habría que renovarle contrato automáticamente».
Moisés Villarroel, como hombre de principios, se dio vuelta, cerró la puerta por fuera y se mandó a cambiar antes de pegarle un merecido puñete a quien lo interpelaba2:
Y sin arrugarse, los dirigentes anunciaron, otra vez con bombos y platillos, a Jorge Garcés como su nuevo entrenador.
Y se consumó aquello de que no jugara el «Conejo» Ubilla (un histórico en Wanderers y que no merecía semejante humillación) y la mayoría de sus compañeros hicieron causa común, por lo que quienes terminaron consumando el descenso a la Primera B fue un grupo de muchachos que eran los menos responsables de todo.
LA ALEGRÍA DE CURICÓ UNIDO
¿Porqué mencionamos al Pepe Rojas en el título?
Porque nos imaginamos lo que debe estar sintiendo ahora al ver a Universidad de Chile en zona de promoción, entre otras cosas gracias a su gol que abrió loa cuenta.
José Rojas, en ese aspecto fue fundamental, ya que en la primera jugada del partido abrió la cuenta y el gol fue anulado por off side y cuando el primer tiempo ya se iba volvió a anotar y esta vez el gol fue validado. Fue un golazo, además, con un globito perfecto que dejó sin chances al joven arquero porteño Fuentes.
ese gol fuie determinante, porque en ese primer tiempo los juveniles porteños habían hecho un gran partido y perfectamente fueron ellos los que se pudiero0n ir en ventaja al descanso.
Pero, como las cosas se dieron al revés, el segundo tiempo fue un mero trámite.
Que se cerro con otros dos goles de Yerko Leiva y Gabriel Hardin.
Goles muy importante por lo demás. Porque no sólo concretaron el descenso definitivo de Santiago Wanderers, sino porque dejan a Curicó fuera de la temida zona de profesión y le endosan ese lugar maldito a Universidad de Chile.
Esto, porque ambos equipos quedan con 34 puntos, pero ahora con mejor diferencia de gol para los torteros (-2 contra -4 de los azules) y con tres puntos por sobre Huachipato, que es momentáneamente el segundo equipo descendido a la B
Gerardo Ayala Pizarro/Fotos: Twitter Santiago Wanderers y Curicó Unido
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS