Pese a todos los desmentidos que hizo al llegar a Chile, de hecho a Ricardo Gareca le creció la nariz al regresar a Buenos Aires. Porque fuentes confiables aseguran que se reunió con Heller y Buljubasich. Incluso trascendió la cifra que inicialmente pidió para dirigir en Chile: 2.250.000 dólares al año.
por Gerardo Ayala Pizarro
SANTIAGO.- «No se porqué están ustedes acá – dijo Gareca, mostrando sorpresa al ver que un enjambre de periodistas lo esperaba en Pudahuel- porque mi viaje no tiene nada que ver con el fútbol chileno. No vengo a reunirme con nadie que esté ligado a algún club de este país y lo mío tiene que ver con temas personales»
Consultado sobre la posibilidad de dirigir a Universidad de Chile, el ex entrenador de Vélez aseguró que «no, eso se terminó después de una conversación con el presidente saliente y entrante, que tuvimos en Buenos Aires. Nunca más volvimos a contactarnos y no lo vamos a hacer ahora, tampoco»
– ¿Y Católica, le preguntó un reportero? «No, -insistió Gareca- no tengo relación ni contacto alguno con ningún club chileno»
«PINOCHO» GARECA
Efectivamente, el principal objetivo del viaje de Gareca a Chile era conversar con representantes del CElta de Vigo, que habían venido a nuestro país para contactarse con Eduardo Berizzo, ya que abos técnicos figuran en la lista de eventuales reemplazantes de Luis Enqique, quien será el pròximo entrenador del Barcelona
Pero, sin embargo y después de aquel encuentro, fuentes muy confiables aseguran que Ricardo Gareca SÍ se reunió con Carlos Heller, presidente de Azul Azul, y también con el gerente deportivo de Universidad Católica, José María Buljubasich.
Incluso más, ha trascendido que 2.250.000 de dólares al año fue el monto que le pidió a Azul Azul y a Cruzados, el ex DT de Vélez Sarsfield, cifra que asustó a ambas dirigencias. Esta pretensión disminuyó (al menos en 400 o 500 mil dólares durante la conversación), ya que ni en la U como en Newell’s – que es la carta que maneja en Argentina- están dispuestos a pagarlo.
Después de aquello tomó su equipaje y partió al Aeropuerto, donde tuvo problemas al mostrar el pasaporte, porque no coincidía la foto con su apariencia actual: ¡le había crecido enormemente la nariz!
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