El O’Higgins de Eduardo Berizzo se hizo fuerte en su feudo y nuevamente derrotó a Universidad de Chile, equipo que tendrá que extremar recursos el lunes, en Santiago, si es que quiere conseguir el tricampeonato.
Por Claudio Ramos G.
Editor Periodístico
cramos@todofutbol.cl
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RANCAGUA.- Llovía intensamente en Rancagua. El frío también hacía de las suyas y complicaba a los más de 10 mil hinchas que llegaron al Estadio El Teniente para presenciar esta histórica final. Pero para los locales, salió temprano el sol. Recién al minuto. Una gran jugada colectiva terminó con un golazo del paraguayo Juan Rodrigo Rojas, que la picó exquisitamente ante la salida de Jhonny Herrera para clavar el primero y desatar la euforia de los forofos locales.
Todo lo que había planificado Jorge Sampaoli se iba al tacho de la basura. No esperaba ir pendiendo a los 60 segundos de partido. Obviamente, la «U» adelantó sus líneas e intentó desplegar su juego más cerca del área de Luis Marín. Rara vez lo consiguió. ¿El motivo? El encomiable trabajo que hacían justo en el medio terreno el propio Rojas, acompañado por Claudio Meneses, que se adelantaban a todos los receptores azules y cortaban los circuitos de esta «U». Golazo de Berizzo.
Pero sobre los 25 minutos, el equipo azul tomó las riendas del partido. Y les bastó una clara para matar. A los 28′, Paulo Magalhaes llegó hasta línea de fondo y a pesar de su marca, extremó recursos para sacar un centro perfecto a los pies de Guillermo Marino, que dentro del área definió de primera y merced a un rebote en Meneses, venció la resistencia de Marín y clavó el 1-1 que para ese entonces parecía justo, sobre todo porque en los minutos finales de la primera mitad los universitarios fueron mucho más. Pero no había tiempo para más.
ZARPAZO LETAL
El segundo tiempo empezó calcado a como terminó el primero: con la «U» volcada en ofensiva y O’Higgins defendiendo y, además, pasando más de un sustito, como el remate de Matías Rodríguez a los 49′ que pasó besando el pórtico Celeste. La «U» sacaba lo mejor de su repertorio para hacer ver muy mal a su rival de turno. Pero con mucha inteligencia, los de Rancagua se las ingeniaban para llegar. No causar daño, pero sí molestar.
Hasta que a los 71′ la figura del partido, Juan Rodrigo Rojas, sacó un centro con lienzo para la aparición fantasmal del Alejandro López, quien se barrió y golpeó la pelota para mandarla al fondo de las pitas. 2-1 ganaba la primera final el anfitrión.
Aunque nunca se lo propuso, no había tiempo para especular. La «U» adelantó todas sus líneas y se puso a jugar en territorio rancaguino. Gallegos, que entró en reemplazo de un opaco Henríquez, tuvo la más clara a los 81′ pero se la farreó. Intentaba, buscaba, llegaba. Pero no podía. Universidad de Chile hizo todo lo que pudo, tal vez con más corazón que fútbol, pero no pudo perforar nuevamente la portería de Marín. Otra vez, como muchas tantas, la «U» tendrá que venir de atrás para intentar conseguir el tricampeonato. Y hoy, O’Higgins, mandó un mensaje fuerte y claro: en Santiago le harán todo difícil a los universitario. Señores, esto recién comienza.
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