Con goles de Cristián Álvarez, Rodrigo Valenzuela y Sixto Peralta, Universidad Católica venció 3-2 a Santiago Wanderers y sumó su primer triunfo en el Clausura. Descontaron para el decano Michael Silva y Roberto Órdenes.
Por Claudio Ramos G.
Editor Periodístico
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SANTIAGO.- Habían pasado 20 minutos de partido y lo más sabroso se seguía jugando afuera. Finalmente la ANFP, a petición de Santiago Wanderers, no autorizó a Universidad Católica a homenajear a Jorge Ormeño, que este sábado volvía a San Carlos de Apoquindo pero ahora como jugador del «decano» tras ocho largas temporadas defendiendo a muerte los colores de la franja. Por eso los asistentes al recinto precordillerano, al menos, le ofrecieron un bullicioso recibimiento cuando fue anunciado por los altoparlantes. Serían los únicos aplausos que se escucharían previos al gol de Cristián Álvarez.
Como buen partido de comienzo de torneo, las emociones escaseaban durante el primer cuarto de partido. Ambos equipos carecían de profundidad y las imprecisiones se multiplicaban. Hasta que a los 25 minutos llegaría el centro perfecto de Nicolás Trecco para la aparición del capitán Cristián Álvarez, quien con un cabezazo mortífero clavó la primera diana del cotejo. Tanto resistido por la gente caturra, que reclamó una posición de adelanto del defensa cruzado, desestimado por el juez del cotejo Claudio Puga. Lo cierto es que la posición del «huaso», a lo menos, era dudosa.
El equipo de Arturo Salah no se demoró nada en devolver la gentileza. Apenas cinco minutos. El volante Roberto Órdenes metió un balón entre líneas, cuan cuchillazo a las entrañadas de Católica para que Michael Silva hiriera de muerte a los de Martín Lasarte, definiendo entre las piernas de Christopher Toselli. Era el 1-1. Un gol que dolió de sobremanera en las huestes cruzadas. Universidad Católica no se pudo poner más de pie hasta el fin del primer tiempo.
TRECCO DESAFINÓ
El segundo tiempo transitaba por la intrascendencia misma del juego. Ni Universidad Católica ni Santiago Wanderers hacían mayores méritos para anotar el gol del desnivel. El dueño de casa apenas era capaz de hilar cinco pases consecutivos, mientras que el forastero aguantaba atrás, sin pasar zozobras y con ganas de explotar algún contragolpe letal.
Sólo a los 65′ los hinchas locales se levantaron de sus asientos. Nicolás Trecco se perdió un gol solo frente a Mauricio Viana. Disparó desde el punto penal al cuerpo del golero caturro. Los hinchas cruzados aprovecharon el envión de ponerse de pie para leerle completo el rosario al delantero argentino que redondeó otro mal partido, a pesar de meterle el centro a Álvarez para el primer gol del cotejo.
DOS COMBOS Y EL K.O
Parecía empate cantado. Pero los cruzados dijeron otra cosa. A los 77′ Rodrigo Valenzuela decretó el 2-1 para los de Martín Lasarte tras aprovechar una serie de rebotes en área porteña para vencer la resistencia del golero visitante con un potente remate que le dobló las manos. Y dos minutos después, el argentino Sixto Peralta, con una tijera impresionante, puso el 3-1 para acabar con el lance como expresión de lucha. Para las estadísticas quedará el tanto de Roberto Órdenes en las postrimerías del lance.
Ciertamente la UC mereció ganarlo porque al menos propuso algo más en la segunda mitad. Pero a no engañarse, cruzados: al equipo todavía le hace falta mucho trabajo. Eso sí: siempre va a ser mejor avanzar y mejorar en el triunfo que en la derrota. Hoy, en San Carlos, la voz de la experiencia se hizo sentir con fuerza. Y eso fue suficiente.
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