Lejos de una cancha de fútbol, lugar donde vivió sus mejores y peores momentos, Víctor Hugo Castañeda (58) se encuentra preparando uno de sus desafíos más importantes. Uno en el cual un lápiz y un papel decidirán al ganador. El ex ídolo azul estará participando en las elecciones del 15 y 16 de mayo por el puesto de alcalde en La Serena, ciudad en la que reside hace 15 años.
– ¿Cómo nace esta idea postular a la alcaldía de La Serena?
– Desde hace tiempo me vienen ofreciendo postular, pero yo nunca había querido porque estaba muy alejado del tema. Con todo lo desvirtuada que está la clase política no había querido asumir un desafío. Ahora me presentaron muchas opciones, entre ellas ser constituyente, pero les dije que no porque no me siento preparado. La constitución es algo demasiado importante como para solo ir por ser un rostro o tener alguna sensibilidad social,. Debe ir gente preparada. Yo estoy en La Serena hace 15 años y era la ciudad número uno de Chile en calidad de vida. Linda, limpia y ordenada. Hoy es todo lo contrario: está sucia, abandonada y el comercio informal se tomó las calles del centro. Hay una inseguridad tremenda en la gente. Decidí salir de mi zona de confort y dar la pelea para cambiar esto.
– Usted tiene un programa de radio llamado “Recuperemos La Serena”, me imagino que debe estar muy descontento con la administración actual…
– Hay un descontento muy grande, pero esto no es contra la persona. No tengo nada contra el alcalde, de hecho, me cae bien y he conversado varias veces con él. Me parece un tipo simpático y bonachón. El problema es la gestión del municipio. Después del estadillo social la ciudad quedó abandonada. Ahora con la pandemia fue a trabajar muy pocas veces o se quedó encerrado en la municipalidad, sin salir a ningún lado porque es adulto mayor y tiene factor de riesgo. Pero ahora, para hacer campaña sale igual. O sea, el factor de riesgo es para unas cosas y para otras no. Con esto te quiero graficar el contrasentido que hay dentro de la corporación. Hay un descontento, pero así y todo es difícil ganarle a un alcalde en ejercicio, porque tiene toda la maquinaria trabajando para él. Es parte del juego, no me voy a quejar. Si la gente quiere un cambio, votará por nosotros.
– Se le ha visto hacer varias visitas a sectores emblemáticos en la ciudad, ¿qué le ha comentado la gente sobre su candidatura?
– No solo a sectores emblemáticos, también he recorrido mucho los sectores rurales. Esta es una comuna muy dispersa demográficamente y esa parte está muy abandonada porque hay pocos votos. Todo se focaliza en los sectores más populares. En todos lados donde he ido la queja es la misma: los vendedores informales, la suciedad del centro, el abandono de la ciudad, las calles pintadas, los perros vagos, la delincuencia. Son quejas permanentes. Yo prometo trabajo, gestión y transparencia. La gente se aburrió de los políticos de siempre. En la municipalidad se pagan favores políticos y ahí la gente no trabaja. Se gastan dineros que no corresponden.
– Me imagino que varias personas lo deben reconocer por su pasado azul, ¿los hinchas rivales lo molestaron mucho en sus salidas?
– Me tiran tallas diciendo que son de Colo Colo y que jamás votarían por un ‘chuncho’, pero que por mí sí. Siempre he dicho que me siento muy orgulloso de lo que pude conseguir como futbolista y entrenador. Hubo un reconocimiento transversal. Todos los que tuvimos la suerte de lograr la clasificación al Mundial de Francia logramos eso. Si eras de Colo Colo, la gente de la U te reconoció. Lo mismo al revés. Hoy en día, la selección dorada, que ha ganado muchas cosas, nunca ha tenido esa unión con el público que la lograda por el equipo de Francia ’98.
– ¿Cómo se ha sentido en estos primeros pasos en la política?
– Ha sido difícil, porque uno no espera que te agredan sin conocerte. En las redes sociales hay insultos y juicios de valor sin haberte conocido, solo por haberte visto o seguido tu carrera. Hay gente que te critica por el lugar donde vives, sin ver el camino que recorriste o el sacrificio que tuviste que hacer para llegar donde estás. Sé que hay mucha gente a la que le pagan por eso, pero saberlo no quita que a uno le duela. Uno puede responder y seguramente te sacarán un pantallazo para editar lo que dijiste y quedar así como el malo. Yo voy siempre con la frente en alto. La gente se queja y pide cambios, pero cuando aparece alguien nuevo te dicen “de dónde apareciste tú, si no tienes ninguna experiencia”.
La política y el fútbol, de la mano
– En el fútbol chileno se da que pocas veces los jugadores dan a conocer su opinión política, ¿existe una regla no escrita sobre esto?
– Fue una regla no escrita para quienes vivimos una época dura, de la dictadura o gobierno militar. Ahí era difícil explicar una opinión, entonces muchos nos la guardamos. Hoy en día es más fácil, pero hay una sensación de que si das una opinión sobre A, los que son de tu equipo y son de B te van a insultar. Y lo contrario. Somos muchos los que estamos cansados de la polarización en que nos tienen viviendo. Que los de izquierda o que los de derecha. Que los empresarios y que los obreros. Que los hombres y que las mujeres. A mi ya me tiene hasta arriba de la coronilla. Mientras más divididos nos tengan, las cúpulas partidistas van a sacar más provecho y más controlable será la masa. Antes teníamos un país que funcionaba muy bien. ¿Necesitaba cambios? Si, los necesitaba, pero sin destruir el país. Hemos destruido las instituciones. Tenemos que respetarlas. Yo creo que estamos a tiempo de enmendar el camino.
– En el último tiempo han sido varios los deportistas que se han inmiscuido en la política, ¿qué cosas pueden aportar?
– Yo no sé qué cosas puede aportar el deportista en general, pero tengo claro que yo, como ex jugador de fútbol y entrenador, al igual que Ali Manouchehri, podemos aportar trabajo en equipo, disciplina, solidaridad y compañerismo. Una sola persona no puede manejar un municipio o una empresa, hay que formar equipos y grupos de trabajo.
– Como jugador siempre fue alguien aguerrido y que iba a choque, ¿cómo político será igual?
– Yo tengo 58 años y no voy a cambiar a estas alturas de la vida. No soy políticamente correcto. Si tu revisas la historia de la U o la Selección Chilena, cada vez que hay conflicto los medios me llaman a mí, porque yo digo lo que pienso y no lo que el resto quiere escuchar. Todo se puede decir mientras sea con respeto y altura de mira. Es mi opinión y mi verdad.
El Gobierno, Chile Vamos y las presidenciales
– A propósito de dar su opinión, ¿qué le ha parecido el desempeño del Gobierno durante el estadillo social y ahora con la pandemia?
– Creo que con la vacunación ha habido un muy buen manejo. Con la pandemia en general, hubo información contradictoria y poco claro en un comienzo. Hay que entender que existe un sector, el de oposición, que encontrará malo todo lo que diga el Gobierno. Eso no puede ser. Hay que tener la valía de reconocer cuando un adversario hace las cosas bien. En líneas general, las estadísticas lo demuestran. Ha sido un Gobierno malo, donde al presidente le ha faltado liderazgo y convicción. Desde afuera da la sensación de que el Twitter es el que Gobierna. Según la cantidad de likes se toman las decisiones y eso no puede ser. Ni siquiera la gente que votó por el presidente lo aprueba ahora.
– Dentro de sus ideas para la municipalidad, ¿cuál es la que más le urge implementar en caso de ganar las votaciones?
– Todas, pero si hay que empezar a priorizar algunas cosas, está por ejemplo el tema de los adultos mayores. Encuentro insólito que ellos se tengan que levantar a las cinco de la mañana para ir a sacar un número y ver si los pueden atender. Ellos ya trabajaron y debiesen tener un pasar tranquilo o no tan complicado.
– Usted va como independiente, pero apoyado por Chile Vamos, ¿se siente parte de la derecha?
– La centroderecha es lo que más me representa. Soy de centro, pero inclinado un poco a la derecha, algo así como un ‘8’ en la cancha. Como yo quiero ser un aporte y ganar estas elecciones, tengo que ir respaldado por un bloque. Como independiente no tengo la capacidad económica, ni tampoco arriesgaré mi patrimonio para luchar.
– A fin de año se vienen las elecciones presidenciales y hay hartos nombres en la palestra, ¿qué candidato le vendría mejor al país?
– Es difícil, pero creo que entre Joaquín Lavin y Evelyn Matthei.
– ¿Este paso a la política significa su adiós del fútbol?
– El fútbol es mi vida. Sonará medio pretencioso, pero el fútbol es para lo que yo nací. Si el fútbol no hubiese estado inventado, lo habría hecho yo. Hoy en día estoy en otra postura y trato de aportar lo que me enseñó el fútbol. Hay gente que lo mira de una forma muy peyorativa. Nunca voy a dejar el fútbol, aunque esté haciendo otra actividad. En algún momento le pegaré una patada a la pelota. Antes la acariciaba, ahora solo son patadas.
/As Chile
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