Un nuevo error garrafal de Marcelo Díaz le cuesta una dura derrota a La Roja que cayó por 1 a 0 ante Bolivia como visitante y complicó seriamente su posibilidad de clasificar al Mundial de Rusia 2018.
LA PAZ.- Había que ganarle a Paraguay y se cayó con un papelón. Ahora había que al menos conseguir un punto en las alturas de La Paz y tampoco fue posible. Una pasada triste, con 0 puntos y cero gol que deja muy, pero muy complicada la clasificación al Mundial.
Y lo peor de todo es que no sólo estamos al borde de quedarnos sin nada, sino que el equipo perdió todas las virtudes que lo llevaron a ser una de las mejores selecciones del mundo, lo que se suma a niveles personales paupérrimos de sus principales figuras, destacando claramente el nulo aporte en estos dos partidos de Alexis Sánchez y Arturo Vidal, dos que siempre deben marcar la diferencia por su talento y jerarquía y que ahora parecieran ser dos jugadores más del montón.
Lo de hoy en La Paz es difícil de analizar, porque por un lado ciertamente que jugar a 3640 metros de altura no es para nada fácil y está en el límite de la exigencia humana, pero por otro, Chile viene de una seguidilla de triunfos y buenos resultados en ese mismo terreno, por lo que la altura ya no debería ser una excusa tan válida.
¿Y Pizzi?, bueno, lo del estratego argentino ya se venía anunciando hace tiempo. No tiene, ni tenía cuando lo contrataron, la jerarquía necesaria para tomar esta escuadra donde las personalidades de los jugadores son inmanejables para técnicos que no se sepan imponer, como bien lo sabe también Claudio Borghi. Pero más allá de eso, cabe bien preguntarse ¿que le ha sumado Pizzi a este equipo?¿Hay algo del DT en el ADN de esta escuadra?, claramente no, porque por largo rato uno no sabe bien a que juega la selección. Y lo peor es que con Pizzi además se perdió todo lo bueno que había cimentado Bielsa y Sampaoli, especialmente la presión incesante en terreno contrario y la vertiginosidad en el juego. Hoy chile se ve como un equipo de viejos cracks.
Preocupa también la falta de gol. Y mucho. Pero también no hay que ser tan duros con los delanteros, porque si uno analiza bien el partido ante Bolivia, Chile no se creo ninguna ocasión clara de anotar. Es decir no hubo tampoco juego para los delanteros, lo que habla muy mal de los volantes, especialmente de Isla y Beausejour que hace rato vienen en bajada.
DÍAZ SUMA Y SIGUE
A pesar de todo lo anterior, el partido de hoy tampoco era para perderlo. Y eso es porque Bolivia con su equipo limitadísimo trató de aprovechar la altura con su bien conocido juego de remates de larga distancia o de centros al área. Y si bien en el primer tiempo tuvieron un par de ocasiones claras, tampoco era tanta la diferencia y Chile parecía de cierto modo tener en algo controlado el partido para el segundo tiempo.
Eso hasta que apareció nuevamente Marcelo Díaz para mandarse «condoro», frase que cada vez compite más con «mandarse un care pato». Y es que no es fácil de entender como un jugador profesional de tanto recorrido va al choque con el brazo arriba ante un remate de distancia, más aún estando dentro del área. Un error garrafal, infantil y nuevamente de viejo crack. Un error que otra vez le cuesta al equipo una derrota importante, porque el haber perdido hoy perfectamente puede significar quedar fuera del próximo mundial.
Una pregunta más que queda para Pizzi, es tan poco su destreza para hacer variantes en el equipo que marquen una diferencia, que tanto ante Paraguay como ante Bolivia tuvo que estar el equipo en desventaja para mandar al campo de juego a Valdivia y Paredes. Es decir siempre es un DT de reacción más que de acción. Así es muy difícil que algo le resulte, porque los jugadores no siempre van a ser sus salvadores.
Ahora a esperar que en los otros resultados nuevamente la diosa fortuna nos de un guiño y nos permita llegar a las últimas dos fechas dependiendo de nosotros mismos, claro que nadie puede olvidar que la clasificación o al menos la posibilidad de ir al repechaje se juegue en la última escala ante Brasil como visita, tal como sucedió para el Mundial de Italia 90…y ya sabemos como terminó esa historia.
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