Chile vendió cara su derrota ante Holanda y termina segundo en el Grupo B

La Roja dio todo en el campo de juego, pero terminó cayendo por 2 a 0 ante un cuadro naranja que se metió atrás y apostó al contragolpe de la mano de Robben que nuevamente fue figura.

Por Christian Ayala Rojas
cayala@todofutbol.cl
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BRASIL.- Chile vendió muy cara su derrota, pero lo hizo ante un rival que supo hacer muy bien su negocio. Holanda sabía que a Chile no se le puede dar un metro de ventaja porque se convierte en un equipo demoledor, por eso, dejando de lado su historia y orgullo deportivo optaron por jugar de «chico a grande», cediendo la pelota a la escuadra nacional y refugiándose en campo propio apostando a los rápidos contragolpes liderados por el extraordinario Robben.

¡Y vaya que les funcionó!, porque de esa manera cumplieron con todos sus objetivos. Primero anuló muy bien a los carrileros chilenos, Mena e Isla, que nunca fueron capaces de crear peligro por su costado, principalmente porque tanto Kuyt y Sneijder, que dejaron de lado su faceta ofensiva para ubicarse por las bandas y convertirse en un verdadero tapón.

Con 9 hombres en su propio campo, fue muy difícil para Chile avanzar en el terreno y generarse ocasiones de peligro, a pesar de que el control y la posesión del balón era abismantemente favorable para la escuadra nacional. Sin embargo, por mucho que se busco ingresar por todos los sectores del campo, los holandeses marcaban como fieras e incluso llegaban a presionar con tres defensores contra el jugador chileno que recibía un balón. El que más lo sufrió fue Alexis Sánchez, que cada vez que tomaba la pelota tenía que driblear, enganchar, retroceder y gambetear una y otra vez para sacarse de encima la pegajosa marca que no le daban ni un respiro.

Con eso, Holanda aguantó como pudo, con un planteamiento que nadie esperaba y que seguramente debe ser uno de los más mezquinos en su historia futbolística, siempre tan galana en el fútbol ofensivo.

En la segunda etapa, Holanda se atrevió un poco más y adelantó sus líneas emparejando en algo el trámite del juego, pero siempre muy bien controlado por el juego defensivo nacional, aunque Robben cada vez que tomaba la pelota se convertía en una verdadera pesadilla, demostrando que hasta el momento es la gran figura de la Copa.

así, todo indicaba que el partido estaba para un empate o bien que se definiría por algún error o desconcentración. Y así nomás fue, porque el gol holandés llegó mediante un tiro libre servido desde la derecha que fue muy bien aprovechado por Leroy Fer que le ganó el salto a Medel y Aranguiz para meter un cabezazo potentísimo y dejar así sin chances al meta Bravo.

Ese gol dolió muchísimo, porque Chile había intentado todo el rato y se encontraba abajo en el marcador cuando ya el marcador marcaba los 78 minutos de juegos. Holanda, además tras el gol, se cerró aún más, con el claro fin de aguantar el marcador que les daba ya claramente el primer lugar del grupo. Así, a pesar de que La Roja siguió machacando en busca del empate, no logró vulnerar la meta europea, a pesar de que por ahí lo tuvo Alexis y Medel con un cabezazo.

Eso, hasta que ya en el minuto final, con Chile volcado en ofensiva, Holanda lo mató de contra nuevamente con Robben como protagonista que se arrancó por la izquierda, llegó a línea de fondo sacó un centro al medio para que apareciera Memphis Depay para meterla adentro y decretar el 2 a 0 definitivo, sellando así el Grupo B, dejando a Chile en el segundo lugar, por lo que ahora deberá jugar en octavos de final ante el primero del Grupo A en Belo Horizonte.

Un tropiezo que duele y molesta, peor no hay que olvidar que al frente estaba el subcampeón del mundo y que fue tanto el respeto que le tuvo a Chile que se metió atrás, dejando claro que nuestra selección mete miedo y que sigue siendo un equipo que podrá llegar muy lejos en este Mundial, mal que mal también hay que recordar que hoy no estuvo Vidal, uno de sus jugadores más importantes, y lo que se suma a un Aranguiz contenido preocupado por no sumar una segunda amarilla que lo podría haber dejado afuera. En octavos de final, el fútbol nos deparar una nueva revancha.