por Daniel Arcucci, periodista de la cadena Fox Sports
Antes de «chocar la Ferrari», ayer nomás, Arturo Vidal había sido protagonista del «Bautisazo», allá por 2011. En medio, en incluso antes, de los dos escándalos hay muchos otros protagonizados por el líder de la selección chilena, pero vale ir de un extremo al otro por un punto de contacto.
En aquel momento, estaba al frente de seleccionado chileno un entrenador argentino, Claudio Borghi. Y ahora hay otro de la misma nacionalidad, Jorge Sampaoli.
En sus manos estuvo y está el primer informe sobre cada uno de los casos y, aunque no dependa de ellos la sanción definitiva, sí tienen la responsabilidad de elevar un informe a las autoridades de la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional), que serán los encargados de tomar la medida definitiva.
Esto es lo que decía Claudio Borghi en noviembre de 2011, explicando la situación y también su rol en el caso. Se lo denominó Bautisazo por cinco jugadores llegaron tarde y en pésimas condiciones a la concentración de Pinto Durán, alegando haber participado de una fiesta de bautismo.
En cinco carillas, en su momento, explicó los motivos por los que separaba del plantel a los cinco jugadores involucrados: Jara, Valdivia, Beasejour, Carmona y, por supuesto, Vidal.
- 1) «Llegar 45 minutos tarde, sin mediar autorización previa, a la citación fijada para las 22:00 horas del día 8 de Noviembre de 2011 a Juan Pinto Durán, lugar de concentración oficial».
- 2) «Presentarse en un estado inadecuado para cumplir con sus obligaciones como futbolista profesional, miembros de la Selección Nacional de Fútbol de Chile, ya que mostraban signos evidentes de haber consumido alcohol».
- 3)»Serán considerados como parte del proceso clasificatorio al mundial de ‘Brasil 2014’, de acuerdo a las condiciones deportivas y reglamentarias vigentes», con los que reiteraba su postura de no cerrarles las puertas a los futbolistas en el futuro inmediato.
Borghi elevó el informe al Tribunal de Disciplina de la ANFP, ente que tiene la facultad exclusiva de sancionar a los futbolistas citados, de acuerdo el artículo 19 BIS del Código de Penalidades y Procedimientos que establece «los integrantes de una delegación de la Selección Chilena de Fútbol deberán observar en todo momento; esto es, antes, durante y después del o los partidos en que participen una conducta acorde con el hecho de estar actuando en representación del país, ajustándose a las normas de decoro, buenas costumbres y disciplina que tal calidad exige».
En el «Bautizazo», donde también estuvo presente Vidal, el ente rector del fútbol chileno acudió a este artículo para denunciar a los cinco involucrados ante el Tribunal de Disciplina. La sanción fue dura: 10 partidos para cada cada uno.
En cuanto a los plazos, el artículo establece que «la denuncia se hará por escrito y se fundará someramente, debiendo ser remitida al Tribunal de Disciplina dentro de los treinta días corridos siguientes a la fecha en que ocurrieron los hechos denunciados. La sentencia deberá ser dictada dentro de los diez siguientes de terminada la última audiencia».
Sólo faltaba saber si Sampaoli iba a seguir los pasos de Borghi. Y no lo hizo.
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