En el peor partido que ha jugado en la Copa, Chile cayó por 2 a 0 ante los guaraníes y dejó muchas dudas sobre su capacidad futbolística. Y lo peor, es que Brasil se asoma en el horizonte.
Hoy Chile no tuvo fútbol ni temperamento. Paraguay, con muy poco, fie a su estilo poco vistoso y más cercano a la fuerza, dejó en manifiesto todos los grandes problemas que tiene el equipo de Lasrte. Los paraguas nos ganaron 2 a 0 y lo hicieron bien, aprovechando al máximo todas las licencias y defectos de nuestra Roja.
Hubo poca actitud hoy. No se corrió como en otros partidos y al menso es había sido fundamental para salir con la frente en alto ante rivales mucho más linajudos, pero eso hoy no fue parte del repertorio nacional, que por supuesto tampoco tuvo fútbol, lo que para ser cierto no ha sido mucho el que han mostrado en esta copa.
Y llámenme viejo o pasado de onda, pero a Chile le llora un volante, mediocampista o «10», llámelo como ud quiera. Pero, hoy Chile no tiene ese jugador armador, diferente y capaz de alimentar a los delanteros que quedan tan aislados y solos, como Piñera en sus peores momentos. Pinares supuestamente es el que tiene que tomar esa batuta, pero el puesto le queda grande y es lamentable porque ya ha demostrado con creces que a pesar de seguramente contar con las cualidades para ser el jugador distinto, su mente no le da la confianza suficiente para tomar las jinetas y se queda en un juego pobre, timorato y se termina escondiendo como si la pelota le diera miedo y quemara en sus pies.
A eso sumémosle que Vidal, el gran referente de nuestro equipo -al menos sin la presencia de Alexis- es hoy un jugador mermado, que llegó a esta copa con lesiones y poco fútbol y que físicamente no está a la altura de esta competición. Lamentablemente así, el «King» ha vivido su pero Copa América.
PARAGUAY NOS GANÓ A LO PARAGUAY
Paraguay históricamente nos ha complicado. Ese fútbol rústico es el antijuego para el fútbol que le gusta a Chile. Los guaraníes nos meten en el juego duro, rústico, de roce y de mucho trajín y poco fútbol. Y Chile cayó en la trampita, sin contar que los nacionales entraron con poca chispa, sin ganas de atropellar, ni siquiera de presionar arriba como habíamos visto en otros partidos. ¿Les hizo mal saber que ya están clasificados?, es probable y además Paraguay no aparecía como el gran rival, como sí lo habían sido Argentina y Uruguay, dos rivales que ya se les había logrado dominar.
Eso le hizo fácil el juego a los paraguas, que no vieron mayor contrapeso. De hecho Chile no llegó nunca con peligro real….¡Nunca!. Así era difícil que el resultado de este partido fuera distinto.
Así Paraguay simplemente jugó de manual, usando su librito añejo pero efectivo. Y el primer gol lo hemos visto tantas veces en la historia, que parecía sacado de cualquier partido de los años 80. Centro de un córner de la derecha y esta vez fue Braian Samudio el que se elevó más que los centrales chilenos y de cabeza metió la pelota en un ángulo, mientras Bavo quedaba pegado al piso sin poder reaccionar.
Con esa ventaja Paraguay siguió con su táctica que a esa altura estaba más que demostrado que le estaba siendo muy efectiva, porque Chile hoy no estaba para lograr milagros.
CHILE NI SIQUIERA LLEGÓ
Lo que más preocupa es el poco fútbol que generó la selección chilena. Nada, pero en serio que nada. De hecho lo único peligroso fue un penal que no cobró el árbitro colombiano Wilmar Roldán cuando ya las cosas iban dos a cero.
Y el dos a cero para Paraguay también vino de una jugada evitable, tras un centro al área, Medel manoteó a González que se cayó fácil y eso fue suficiente para que Roldán marcara la falta. Desde los 12 pasos, Almirón fue implacable y le cambió el palo a Bravo para anotar el 2 a 0 que a la postre sería el resultado final.
Chile no tuvo respuesta ni en la cancha, ni menos en la banca. Lasarte se ha mostrado dubitativo, muy mezquino también, y quizás lo que comienza a hacer ruido es que también le ha quitado ferocidad y agresividad al juego chileno, mostrando ahora un equipo muy timorato, que respeta mucho al rival y eso hace que precisamente el contrario crezca y se termine imponiendo. No nos olvidemos que incluso Bolivia nos terminó metiendo en un arco.
Una derrota que duele y que por sobre todo preocupa, porque de darse otros resultados cabe una gran posibilidades que nos toque Brasil en los cuartos de final. Algo que, por cosa obvia, nadie quiere que pase.
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